Estos son los básicos que incluir en tu neceser para alargar el bronceado del verano
A punto de empezar el otoño tú también puedes disfrutar al máximo del bronceado con estos consejos
El verano está a punto de terminar. Con el otoño a la vuelta de la esquina, muchas son las personas que ya dejaron atrás sus vacaciones. Si tu objetivo es alargar y potenciar el bronceado el máximo tiempo posible, debes saber que hay solución. Existen unos básicos imprescindibles que debes incluir en tu neceser para conseguirlo.
Estos básicos te ayudarán a alargar el bronceado tras el verano
Son varios los trucos y consejos que puedes poner en práctica para disfrutar de tu atractivo bronceado durante el máximo tiempo posible. Sin embargo, siempre hay algunos que destacan por encima del resto gracias a sus increíbles resultados y su sencillez.
Exfoliantes
Un buen exfoliante contribuirá a la renovación de la piel. Gracias a ello, también evitará que se descame. Además de eliminar las células muertas, grandes enemigas del bronceado, conseguirá que el tono conseguido tras el verano luzca más bonito y luminoso. Tan solo hace falta usarlo una vez por semana para ver resultados inmediatos.
Un buen exfoliante será un gran aliado de tu bronceado
Crema hidratante
Otro de los pasos que no pueden faltar y que te ayudarán a alargar el bronceado es de la crema hidrante. Usa una extranutritiva para cuidar tu piel y ayudar a que el moreno se mantenga durante más tiempo. Además, para aumentar la hidratación, es imprescindible beber mucha agua.
Ingredientes efectivos
Algunos ingredientes resultan clave para alargar el bronceado incluso en otoño. La vitamina C, por ejemplo, destaca por sus propiedades antioxidantes y regeneradoras. Gracias a ellas conseguirás combatir los daños producidos por el sol. Combina la vitamina C con betacarotenos para que tu moreno sea más atractivo y duradero. El aloe vera, por su parte, protegerá y reparará tu piel tras la exposición solar.
La hidratación es otro básico imprescindible después del verano
Ducha de agua fría
El calor de la ducha puede deshidratar la piel. Por ello, es recomendable bajar la temperatura del agua. Con este sencillo gesto estarás refrescando tu piel a la vez que haces que tu cuerpo se deshinche y funcione mejor. Notarás los resultados en poco tiempo.