Lo que no te cuentan sobre las luces de secado de uñas: riesgos y cómo protegerte
La manicura perfecta podría tener un lado oscuro: descubre qué esconden las luces de secado y cómo cuidarte sin renunciar al estilo.

Las manicuras semipermanentes y en gel han revolucionado el mundo de la estética. Su duración, brillo y resistencia las han convertido en las favoritas de muchas. De hecho, muchas usuarias no solo acuden a un salón donde un manicurista profesional se afana en su trabajo. Algunas incluso tienes su propio kit de manicura con todo lo necesario en casa, lámparas de secado incluido. Pero detrás de esa perfección hay una tecnología que podría estar afectando tu salud más de lo que imaginas: las lámparas de secado con luz ultravioleta (UV) y LED.
¿Qué son las lámparas de secado de uñas?
Las lámparas UV y LED se utilizan para endurecer el esmalte de uñas en gel. Este tipo de esmalte contiene foto iniciadores, compuestos que reaccionan ante la luz ultravioleta, provocando una rápida polimerización. Es decir, lo que conseguimos es que el esmalte se seque y endurezca en segundos, ofreciendo un acabado duradero.
Aunque las lámparas LED se promocionan como más seguras, también emiten radiación UVA, aunque en menor cantidad. Y es precisamente esta radiación la que ha despertado preocupación entre científicos y dermatólogos. Ya que es la misma radiación de la que nos protegemos con protección solar cuando salimos a la calle.

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Riesgos ocultos: ¿qué dice la ciencia?
Un estudio reciente del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) reveló que estas lámparas pueden alterar moléculas naturales de la piel, como la enzima tirosinasa, responsable de la producción de melanina. Esta alteración reduce la capacidad de la piel para protegerse de los rayos UV, aumentando el riesgo de fotoalergias, fototoxicidad y hasta cáncer de piel.
Además, se observó que tras solo cuatro minutos de exposición, el tiempo típico de una sesión de secado, se producen modificaciones químicas en compuestos clave de la piel. Esto incluye daños en lípidos, aminoácidos y enzimas, lo que puede acelerar el envejecimiento cutáneo y la aparición de manchas. Todo esto despierta la duda ante la seguridad de utilizar estas luces de secado.

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¿LED o UV? ¿Hay diferencia?
Aunque las lámparas LED se consideran menos agresivas, estudios como el mencionado advierten que muchas de ellas también emiten radiación UVA. La diferencia está en la intensidad y el espectro de luz, pero no en la ausencia total de riesgo.
De hecho, los dermatólogos señalan que la mejor opción para evitar estos riesgos es hacer uso de una protección adecuada. Además, no todas las lámparas están reguladas ni informan claramente sobre sus niveles de emisión. Por lo que las dudas sobre su seguridad crecen.
¿Cómo podemos protegernos si las usamos?
Si no quieres renunciar a las manicuras en gel, hay formas de minimizar los riesgos y son muy parecidas a lo que hacemos al exponernos al sol:
- Aplica protector solar en las manos, especialmente en los dedos, al menos 30 minutos antes de la exposición.
- Usa guantes especiales con los dedos recortados que bloqueen los rayos UV.
- Reduce el tiempo de exposición: utiliza capas finas de esmalte para que el secado sea más rápido.
- Opta por lámparas LED modernas con menor emisión de radiación.
- Espacia las sesiones: evita hacerte la manicura cada semana. Lo ideal es dejar pasar al menos un mes entre aplicaciones.

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¿Y si dejamos que las uñas respiren?
La alternativa más segura sigue siendo la manicura tradicional, que no requiere luz para secarse. Aunque no dura tanto, permite que las uñas y la piel se mantengan libres de exposición a radiación. También puedes optar por esmaltes de secado rápido o pegatinas decorativas, que ofrecen resultados estéticos sin comprometer la salud.
Manicura sí, pero con seguridad
Cuando nos disponemos a hacernos la manicura, tanto en nuestro salón de confianza como en casa nos gusta saber que usamos productos seguros. Por eso, lo fundamental será usar elementos que incluyan advertencias claras. Sobre todo, cuando se trata de temas que afectan a nuestra salud.
La ciencia avanza y descubre elementos, compuestos o materiales que son nocivos. Por eso, siempre es buena noticia que se retiren determinados componentes que pueden ser peligrosos. Como ha pasado recientemente con los esmaltes libres de TPO.
Las lámparas de secado de uñas han transformado la estética, pero también han abierto un debate sobre su impacto en la salud. La ciencia aún no ha determinado con certeza el nivel de riesgo, pero los estudios disponibles invitan a la precaución. Por eso, recordad protegeros la próxima vez que os preparéis para lucir unas uñas impecables.