¿Merece la pena la cosmética sólida? Esto es lo que debes saber antes de cambiar tu rutina
Ventajas, inconvenientes y cinco productos sólidos que sí funcionan (y no decepcionan)

Cada vez más gente se pasa a la cosmética sólida, pero ¿realmente merece la pena cambiar tu rutina? Champús en pastilla, limpiadores faciales, desodorantes o acondicionadores sin envase prometen cuidar tu piel (y el planeta) con menos residuos y más ingredientes naturales. Sin embargo, no todo es tan simple: ¿realmente funcionan igual de bien?
Aquí va una guía práctica con pros, contras y una selección de productos sólidos que sí funcionan (y no decepcionan).
¿Qué es la cosmética sólida?
La cosmética sólida incluye todos aquellos productos de cuidado personal que se presentan en formato compacto y sin agua. Suelen venir sin envase plástico, o con uno mínimo y sostenible, y se activan con el contacto con el agua o la piel. Los más comunes: champús, jabones, desodorantes, limpiadores y bálsamos.

Pastillas de cosmética sólida en una cesta de fibras naturales: menos envases, más duración y fórmulas sencillas. | Vía Freepik
Ventajas de la cosmética sólida
Es más sostenible
Al evitar plásticos y concentrar la fórmula, ocupan menos espacio, se aprovechan mejor y generan menos residuos.
Dura más
Un champú sólido, por ejemplo, puede rendir tanto como dos o tres botes tradicionales. Cunde más de lo que parece.
Es muy práctica para viajar
No hay problemas en los controles del aeropuerto y ocupa poco espacio en el neceser. Perfecta también para escapadas o para llevar al gimnasio.
Suele tener fórmulas más limpias
Muchas marcas apuestan por ingredientes naturales y evitan siliconas, sulfatos o conservantes agresivos. Ideal si tienes la piel o el cuero cabelludo sensible.
Desventajas (y cómo solucionarlas)
Pueden resecar si no están bien formulados
Algunos jabones o champús sólidos tienen un pH más alto que el de la piel, lo que puede alterar su equilibrio natural e irritar las pieles sensibles o los cueros cabelludos más delicados. La clave está en elegir fórmulas bien equilibradas o con ingredientes calmantes como aloe, avena o aceites vegetales.
Hay que guardarlos bien
Si no se dejan secar correctamente entre usos, los productos sólidos pueden reblandecerse o deshacerse con rapidez. Para alargar su duración, lo ideal es guardarlos en una jabonera con rejilla, una bolsita de secado o una lata con ventilación.
No todos funcionan igual de bien
No todos los productos sólidos ofrecen los mismos resultados que sus versiones líquidas. Esto se nota especialmente en acondicionadores y limpiadores, que a veces se quedan cortos en hidratación o eficacia, sobre todo si tienes el pelo muy seco, rizado o teñido. La clave está en apostar por marcas de confianza y revisar bien las valoraciones antes de comprar.
¿Por dónde empezar? Estos productos sí funcionan
Champú sólido hidratante al aloe vera de Christophe Robin

Champú sólido hidratante con aloe vera | Christophe Robin
Formulado de manera artesanal y sin sulfatos ni siliconas, hidrata en profundidad, fortalece la fibra capilar y aporta cuerpo al cabello. Ideal para melenas cortas o medias y deja una espuma suave que también puede usarse en el cuerpo.
Desodorante sólido So Fresh de Banbu

Desodorante sólido con protección natural y aroma cítrico | Banbu
Con aroma cítrico y fórmula 100 % natural, este desodorante en formato sólido ofrece protección durante todo el día sin bloquear la transpiración. Neutraliza el mal olor gracias a activos vegetales y es vegano, sin aluminio, sin alcohol ni plástico. Tiene textura cremosa, se aplica fácilmente con el aplicador y no deja manchas en la ropa. Ideal si buscas una opción eficaz, fresca y respetuosa con la piel.
Limpiador facial sólido con caléndula bio de Yves Rocher

Limpiador facial sólido que limpia sin resecar, con su caja reutilizable | Yves Rocher
No es una pastilla de jabón al uso: este limpiador está formulado para respetar el pH de la piel mientras elimina impurezas y restos de maquillaje. Contiene caléndula bio cultivada en La Gacilly, la localidad bretona donde Yves Rocher cultiva sus activos vegetales con métodos ecológicos. Hace una espuma cremosa, no deja sensación de tirantez y está libre de sulfatos y de los agentes limpiadores agresivos del jabón convencional. Una opción suave, eficaz y perfecta para quienes buscan sostenibilidad: el envase es de cartón reciclado y cero plástico.
Acondicionador sólido Forza de La Saponaria

Acondicionador sólido que nutre y fortalece el cabello | La Saponaria
Pensado para nutrir y reestructurar el cabello, este acondicionador sólido combina ingredientes botánicos como amla, cúrcuma, aceite de coco y lino para aportar suavidad, brillo y fuerza desde la raíz hasta las puntas. Su pH ácido ayuda a cerrar la cutícula y reducir el encrespamiento. Aunque es apto para todo tipo de melenas, funciona especialmente bien en cabellos finos, quebradizos o tratados. Ideal para quienes buscan hidratación intensa y resultados visibles sin siliconas ni residuos.
Crema corporal sólida 'A flor de piel' de Maminat

Crema corporal sólida que regenera y suaviza la piel | Maminat
Con una textura más parecida a la de un bálsamo o un aceite nutritivo que a una crema convencional, hidrata la piel en profundidad y la mantiene suave durante todo el día. En su fórmula destacan ingredientes como la rosa mosqueta —que favorece la regeneración—, el aceite de argán —que previene la aparición de estrías y arrugas—, y la manteca de karité, que refuerza la hidratación. Es vegano, viene en envase de cartón reciclado y se funde al contacto con la piel sin dejar sensación grasa. Ideal para cuidar zonas secas, prevenir el envejecimiento cutáneo y acompañarte en la maleta sin generar residuos.
¿Merece la pena?
La cosmética sólida no es una moda pasajera: puede ser una alternativa real, práctica y más respetuosa con el medioambiente. Eso sí, conviene elegir bien y tener en cuenta tu tipo de piel o cabello. Y si no sabes por dónde empezar, mejor ir probando poco a poco. Algunas fórmulas funcionan tan bien que ya no querrás volver al bote.