Queratosis pilar: lo que nadie te cuenta (y cómo puedes mejorarla desde hoy)
¿Tienes la piel con textura rugosa? Descubre cómo tratar la queratosis pilar y recuperar una piel suave y bonita

Eres de esas personas que parecen tener la “piel de gallina” todo el tiempo. Esto es algo que les pasa a quienes tienen queratosis pilar. Se trata de una afección cutánea común que afecta a millones de personas en todo el mundo. No supone un riesgo para la salud pero el aspecto texturizado en la piel puede general malestar emocional a quien lo sufre y desea lucir una piel suave y bonita. Hoy nos centraremos en como es posible mejorar la apariencia por medio de tratamientos efectivos y cuidados diarios. Tu piel puede lucir bien.
¿Qué es la queratosis pilar?
También conocida como “piel de gallina” o “piel de fresa”, la queratosis pilar se manifiesta como pequeñas protuberancias ásperas en la piel, similares a granitos. Suelen aparecer en brazos, muslos, glúteos y mejillas, y normalmente son del color de la piel, aunque también pueden presentar tonos rojizos o blanquecinos.
Esta condición está causada por una acumulación de queratina, una proteína que protege la piel. Cuando la queratina bloquea los folículos pilosos, se forman estas protuberancias que dan una textura rugosa al tacto. Aunque no es contagiosa ni peligrosa, puede afectar a la autoestima de quienes la padecen.
Causas y factores de riesgo
La causa exacta de la queratosis pilar no se conoce con certeza, pero se cree que tiene un fuerte componente genético. Es más frecuente en personas con antecedentes familiares, así como en quienes tienen piel seca, dermatitis atópica o eccema.

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Otros factores que pueden influir son:
- Cambios hormonales, como los que se producen en la pubertad o el embarazo.
- Climas fríos y secos, que agravan la sequedad de la piel.
- Uso de ropa ajustada que provoca fricción constante sobre la piel afectada. Suele aparecer en la infancia o adolescencia y tiende a mejorar con la edad, desapareciendo en muchos casos antes de los 30 años.
Síntomas característicos
Los síntomas más comunes incluyen:
- Protuberancias pequeñas, ásperas y sin dolor.
- Sensación de piel seca o rugosa.
- Apariencia similar a la “piel de gallina”.
- Leve enrojecimiento o picor en algunos casos.

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Estas protuberancias no contienen pus ni se inflaman como el acné, aunque pueden empeorar si se rascan o irritan. Es importante no confundir la queratosis pilar con otras afecciones como la foliculitis o la dermatitis. Por eso, un dermatólogo es quien debe darte el diagnóstico para tratarlo adecuadamente.
Cómo tratar la queratosis pilar
Aunque no existe una cura definitiva, hay múltiples formas de mejorar la apariencia de la piel y reducir los síntomas. El tratamiento se basa principalmente en la hidratación, la exfoliación suave y el uso de productos dermatológicos específicos.
Hidratación diaria: el paso esencial para una piel más suave y uniforme
La hidratación no es solo un gesto básico de cuidado diario: es el pilar fundamental para mejorar la apariencia de la piel con queratosis pilar. Esta condición suele estar asociada a una barrera cutánea debilitada y a una acumulación de células muertas, por lo que elegir los productos adecuados marca la diferencia.
A la hora de elegir una crema hidratante, busca fórmulas que combinen activos exfoliantes suaves con agentes humectantes potentes. Estos son los más recomendados:
- Urea (5–10%): Hidrata en profundidad y ayuda a disolver el exceso de queratina. Tiene propiedades queratolíticas, lo que significa que suaviza la piel al eliminar células muertas sin irritarla.
- Ácido láctico: Un alfahidroxiácido (AHA) que exfolia suavemente y mejora la textura de la piel. Además, favorece la retención de agua en la epidermis.
- Ácido salicílico: Ideal para desobstruir los poros y reducir la acumulación de queratina. Tiene efecto antiinflamatorio, por lo que también calma la piel.
- Alfahidroxiácidos (AHAs): Como el glicólico o el málico, que promueven la renovación celular y aportan luminosidad. Son perfectos para quienes buscan una piel más uniforme y radiante.
Puedes encontrar estos ingredientes en cremas, lociones o bálsamos corporales. Las texturas más densas son ideales para pieles muy secas o en invierno, mientras que las fórmulas ligeras tipo gel o leche corporal funcionan mejor en climas cálidos o para uso diario.

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Exfoliación suave: el arte de renovar sin irritar
La exfoliación es un paso clave en el tratamiento de la queratosis pilar, pero debe abordarse con mimo y estrategia. El objetivo no es “raspar” la piel, sino estimular la renovación celular, eliminar el exceso de queratina y suavizar la textura sin comprometer la barrera cutánea.
Existen diferentes tipos de exfoliantes que pueden adaptarse a las necesidades de cada piel:
- Enzimáticos: Formulados con enzimas naturales (como las de la papaya o la piña), disuelven las células muertas sin fricción. Son ideales para pieles sensibles o zonas delicadas como mejillas.
- Químicos suaves: Contienen alfahidroxiácidos (AHAs) como el ácido láctico o glicólico, o betahidroxiácidos (BHAs) como el ácido salicílico. Estos ingredientes penetran en los poros y ayudan a desobstruirlos, reduciendo la textura rugosa.
- Mecánicos suaves: Incluyen partículas finas como microperlas de jojoba o celulosa. Se aplican con movimientos circulares, sin presión excesiva, y se retiran con agua tibia. Son útiles en zonas como brazos y muslos, pero deben evitarse si hay irritación.

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La frecuencia de exfoliación no debe ser muy alta, por lo general una o dos veces por semana es suficiente para mantener la piel renovada sin sobreexfoliarla. Para ello tendremos que hacerlo siempre sobre la piel limpia y húmeda, para facilitar la acción del producto. Evita usar esponjas abrasiva o cepillos duros. Y recuerda, tras la exfoliación, aplicar una crema hidratante rica en activos calmantes para restaurar la piel.
La exfoliación bien realizada no solo mejora la textura de la piel, sino que potencia la eficacia de los tratamientos hidratantes posteriores. Es como preparar el lienzo antes de aplicar el color: esencial para que todo lo demás funcione.
Cremas medicinales
En casos más persistentes, los dermatólogos pueden recetar cremas con retinoides tópicos, como la tretinoína o el tazaroteno. Estos productos favorecen el recambio celular y evitan que los folículos se obstruyan. Sin embargo, pueden causar irritación, por lo que deben usarse bajo supervisión médica.
Hábitos recomendados
Además del tratamiento tópico, es importante adoptar ciertos hábitos que favorezcan la salud de la piel:
- Usar agua tibia en lugar de caliente al ducharse.
- Limitar el tiempo de ducha a menos de 10 minutos.
- Evitar jabones agresivos o con fragancias fuertes. De hecho, encontrarás opciones en el mercado con ingredientes como la Urea perfectos para mimar tu piel.
- Aplicar humectantes justo después del baño, cuando la piel aún está húmeda.
- Utilizar un humidificador en casa para mantener el ambiente húmedo. Sobre todo si vives en un lugar con clima seco que contribuya a empeorar el estado de tu piel.
- Evitar ropa ajustada que cause fricción en las zonas afectadas.

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¿Cuándo consultar a un especialista?
Como ya hemos comentado, determinar que lo que padeces es queratosis pilar es labor de un dermatólogo. De hecho, si los síntomas no mejoran con los cuidados básicos o si la apariencia de la piel genera incomodidad emocional, es recomendable acudir a un dermatólogo. El diagnóstico es clínico y no requiere pruebas específicas. Un profesional podrá recomendar el tratamiento más adecuado según el tipo de piel y la gravedad de la afección. Así que, en caso de duda, acude al especialista.
La queratosis pilar es una condición benigna, no es peligrosa ni contagiosa, pero puede afectar a tu estado emocional. Con una rutina adecuada de cuidado es posible una notable mejoría en la apariencia y sentirás que ganas confianza. Cuida tu piel para que esté sana y te sientas bien, pero no te obsesiones con conseguir una piel suave y sedosa como quien no padece esta afección. La constancia, la hidratación y los productos adecuados conseguirán grandes resultados. Cada piel es única y bella siempre que la tratemos con mimo.