Eleanor Lambert: La mujer que transformó la moda estadounidense y creó la Met Gala
La mujer que transformó pasarelas en cultura, diseñadores en íconos, y galas en arte: el legado eterno de la gran arquitecta del estilo americano.

Si existe una personalidad que ha marcado la historia de la moda en Estados Unidos esa es Eleanor Lambert. Su visión de la moda revolucionó el papel de esta en la cultura y fue la creadora de uno de los eventos más influyentes y destacados de la industria: la Met Gala. Desde sus inicios como publicista hasta convertirse en la “emperatriz de la Séptima Avenida”, Lambert dejó un legado que aún hoy sigue marcando el ritmo de la industria.
De Indiana a Nueva York: los inicios de una pionera
Nacida en 1903 en Crawfordsville, Indiana, Eleanor Lambert estudió arte en la Herron School y en el Art Institute of Chicago. Aunque su sueño inicial era convertirse en escultora, su carrera tomó un giro inesperado cuando se trasladó a Nueva York. Es allí donde comenzó a trabajar en una agencia de publicidad que se especializada en artistas y galerías.
Fue en este entorno donde desarrolló su aguda comprensión del poder de la imagen y la narrativa. Estas habilidades las aplicaría más adelante al mundo de la moda, enfocando su visión curatorial de esta disciplina hacia una expresión cultural. Concepto que fue toda una revolución y que hoy tenemos más que asimilado.

Eleanor Lambert
La institucionalización de la moda estadounidense
Durante las décadas de 1930 y 1940, Lambert se convirtió en una figura clave en la promoción de la moda estadounidense. En una época en la que París dominaba el estilo global, ella luchó por posicionar a Nueva York como un nuevo epicentro del diseño. Fue la mente detrás de iniciativas como la International Best Dressed List (1940).
Esta lista no solo se quedaba en celebridades o miembros de la realeza, como ocurría con otras. Lambert seleccionaba a personas entre herederas, socialités, diplomáticos y figuras culturales como podrían ser actores. Para ser incluido lo importante era que tuvieran un estilo sofisticado y distintivo. Se convirtió en todo un referente del buen vestir y ser incluidos era todo un honor para quien era elegido.
Nunca imaginé que esto pudiera pasarme. Siempre admiré a esas criaturas envidiables que eran las mejor vestidas. | Audrey Hepburn, cuando se la incluyó por primera vez en 1957
Lambert cedió la organización de esta lista a un grupo de amigos vinculados a Vanity Fair en 2002, quienes aún la siguen gestionando hasta hoy. Su trascendencia ha sido tan importante, que en 2019 la periodista Amy Fine Collins publicó un libro donde documenta su historia e impacto cultural.

Amy Fine Colling y su libro sobre International Best Dressed List
La empresa de cosméticos Coty Inc. Contrató a Eleanor Lambert para producir y promover unos premios que se otorgarían exclusivamente a diseñadores estadounidenses. Se trata de los Coty American Fashion Critics’ Awards, precursores de los actuales CFDA Fashion Awards. El objetivo era dar visibilidad a la moda estadounidense.
En 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, Lambert organizó la primera Press Week en Nueva York, lo que más tarde evolucionaría en la actual New York Fashion Week. Esta estrategia permitió a los diseñadores estadounidenses mostrar sus colecciones sin depender de las pasarelas parisinas, consolidando así una identidad propia para la moda del país.

MET | Vestidos de 1943
El nacimiento de la Met Gala
En 1948, Lambert fundó lo que hoy conocemos como la Met Gala, originalmente llamada The Costume Institute Benefit Gala. Su objetivo era claro: recaudar fondos para el recién creado Costume Institute del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. La primera edición se celebró en el Rainbow Room del Rockefeller Center, con entradas que costaban apenas 50 dólares, nada en comparación a los precios actuales.
Aunque en sus inicios era un evento íntimo, con el tiempo se transformó en una plataforma donde la moda, el arte y la filantropía convergen. Lambert entendía que la moda merecía un lugar en los museos, no solo como objeto de consumo, sino como una forma de arte digna de estudio y preservación. Con el paso del tiempo, su visión de la moda como arte ya no genera dudas y la Gala Met es todo un acontecimiento que genera mucha expectación y que pone el foco mundial en la moda como expresión cultural y donde parte del legado de Eleanor Lambert sigue presente.
El estilo es autoexpresión con creatividad y sentido del espectáculo; algo que te hace memorable y que hace que la gente quiera imitarte. | Eleanor Lambert
Más allá de la gala: su impacto estructural
El legado de Lambert no se limita a la Met Gala. Fue también la fundadora del Council of Fashion Designers of America (CFDA) en 1962, una organización que aún hoy marca la agenda del sector. Además, representó a diseñadores como Halston, Oscar de la Renta, Bill Blass, Anne Klein y Stephen Burrows, ayudándolos a alcanzar reconocimiento internacional.
Su habilidad para conectar diseñadores con medios, celebridades y figuras públicas fue crucial para consolidar la moda como una industria cultural. Lambert no diseñaba ni cosía, pero entendía como nadie el poder de las percepciones y la importancia de construir un ecosistema donde los creadores pudieran brillar.

Press Week
La evolución de la Met Gala
Desde su fundación, la Met Gala ha evolucionado hasta convertirse en el evento más esperado del mundo de la moda. Cada año, el primer lunes de mayo, las escalinatas del Museo Metropolitano de Nueva York se transforman en una pasarela donde la creatividad no tiene límites. Bajo la dirección de figuras como Diana Vreeland y, desde 1995, Anna Wintour, la gala ha alcanzado una dimensión global.
El evento no solo recauda millones para el Costume Institute, sino que también marca tendencias, genera debates culturales y redefine los límites del vestuario como arte. Temas como Heavenly Bodies, Camp o China: Through the Looking Glass han inspirado algunos de los looks más memorables de la historia reciente.

Gala Met
Un legado centenario
Eleanor Lambert vivió hasta los 100 años y permaneció activa en la industria casi hasta el final de su vida. En 2003, poco antes de fallecer, cedió la Best Dressed List a la revista Vanity Fair, asegurando así su continuidad. Ese mismo año, el CFDA creó el Eleanor Lambert Award, un reconocimiento a quienes hacen contribuciones únicas al mundo de la moda. Seguramente la primera en merecer el premio sería la propia Lambert.
Su influencia fue tal que algunos la describen como “una fuerza del PIB cultural de Estados Unidos”. Su visión estratégica, su pasión por el arte y su compromiso con la moda como forma de expresión han dejado una huella imborrable. Es una de las personalidades que más ha influido en que la moda adquiera el valor actual como arte y expresión cultural.
La arquitecta de la moda moderna
Eleanor Lambert no solo creó eventos; construyó instituciones. Su trabajo sentó las bases de la moda estadounidense tal como la conocemos hoy. Gracias a ella, Nueva York es una capital de la moda, los diseñadores tienen plataformas de visibilidad y la Met Gala es un fenómeno cultural global.
En un mundo donde la moda a menudo se percibe como superficial, Lambert demostró que puede ser también arte, política y cultura. Su legado sigue vivo cada vez que una celebridad sube las escaleras del MET, cada vez que un diseñador estadounidense es reconocido internacionalmente, y cada vez que la moda se toma en serio como una forma de narrar quiénes somos. Hoy la moda está en los museos e incluso hay museos que se dedican exclusivamente a la moda. Porque la expresión artística que existe tras la industria ya es incuestionable.
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