En qué fijarte en la etiqueta de la ropa para saber si una prenda es de calidad

Algodón, lana, lino o cashmere: los tejidos que alargan la vida de tu ropa y marcan la diferencia frente al poliéster.

En qué fijarte en la etiqueta de la ropa para saber si una prenda es de calidad
Publicado en Tendencias Moda

Todas hemos tenido esa prenda que parecía una buena compra y que, al poco tiempo, ya no era la misma porque perdió color y acabó deformándose. La diferencia entre una pieza que dura años y otra que se estropea rápido está en un detalle que solemos pasar por alto: la etiqueta. En ella se encuentra la información que permite distinguir entre una buena inversión y esa prenda que conviene dejar en la percha.

La etiqueta no se interpreta igual en todas las prendas y, mientras que en una camiseta buscamos transpirabilidad, en un abrigo lo importante es el calor y la resistencia. Por eso conviene repasar cómo varía la composición según el tipo de ropa y qué fibras conviene priorizar en cada caso para hacer una compra realmente acertada.

Camisetas: apuesta por el algodón

Cuando hablamos de camisetas básicas, la regla es sencilla: cuanto más algodón, mejor. Una composición del 100% garantiza que la prenda transpire y mantenga bien su forma con el tiempo. Si llevan un pequeño porcentaje de elastano (alrededor del 5%), se consigue además un ajuste más flexible. El gran enemigo aquí es el poliéster, que retiene olores y acelera el desgaste de la prenda.

En qué fijarte en la etiqueta de la ropa para saber si una prenda es de calidad

Fijarse en la composición evita compras impulsivas y asegura piezas más duraderas | Freepik

Camisas: algodón, lino o seda en alta proporción

Las camisas y blusas forman parte del día a día, por eso conviene que estén confeccionadas con fibras naturales. Lo más recomendable es que sean de algodón, lino o seda en porcentajes cercanos al 90% o más. También funcionan bien las mezclas a partir del 80%, siempre que el componente sintético sea minoritario. En este caso, un pequeño porcentaje de poliéster puede ser positivo, pues ayuda a que se arruguen menos y aporta resistencia.

Jerséis y cárdigans: cuidado con el acrílico

En los jerséis y cárdigans, lo ideal es apostar por fibras como la lana, la alpaca o el cashmere, que aportan calor y resisten mejor el paso del tiempo. El algodón también es una buena opción en prendas más ligeras, pensadas para entretiempo.

En el caso de las mezclas, conviene que las fibras naturales supongan al menos un 80% de la composición, aunque lo ideal es acercarse al 90%. Una pequeña proporción de sintéticos puede ayudar a que la prenda conserve la forma pero si el acrílico o el poliéster son mayoría, aparecen las temidas bolitas y el jersey pierde su buen aspecto más rápido.

Sudaderas: algodón como base

Las sudaderas se han convertido en un básico del invierno, con o sin capucha, tanto para entrenar como para looks cómodos del día a día. Lo idóneo es que estén confeccionadas con un 90% de algodón porque así resultan más transpirables y resistentes. También funcionan bien las mezclas en torno al 80% de algodón y un 20% de fibras sintéticas, que ayudan a que la prenda mantenga la forma. El problema llega cuando el poliéster es mayoritario, ya que la sudadera transpira peor y acaba durando menos.

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En prendas clave como abrigos o chaquetas, la composición define el resultado final | Freepik

Abrigos: la lana marca la diferencia

Los abrigos son una de las prendas donde más se nota la composición, tanto en el calor que aportan como en lo bien que resisten el paso del tiempo. La mejor elección son aquellos confeccionados con lana en alto porcentaje, preferiblemente por encima del 70% y mejor aún si ronda el 90%. También hay mezclas que funcionan, siempre que el componente sintético sea minoritario y se utilice para aligerar peso o mejorar la caída del tejido. El problema aparece con los abrigos de 100% poliéster, que abrigan mucho menos y se deterioran pronto.

Vaqueros: algodón con un toque de elastano

Los vaqueros son una de las prendas más resistentes del armario, pero la diferencia entre un buen tejido y otro mediocre también se nota en la etiqueta. Lo más recomendable es que tengan al menos un 98% de algodón, para que sean sólidos y mantengan bien la estructura con el paso del tiempo. Un 1 o 2% de elastano basta para aportar flexibilidad y ayudar a que conserven la forma sin deformarse. Si la composición incluye demasiado poliéster, el tejido pierde cuerpo y se da de sí con el uso.

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Revisar la composición es clave para elegir vaqueros de calidad | Freepik

Vestidos y faldas: fibras naturales según la temporada

En vestidos y faldas la elección de los tejidos depende mucho de la estación. Para verano, lo más recomendable son fibras como el algodón, el lino o la seda, que aportan frescura y transpirabilidad. En invierno, materiales como la lana, el cashmere o la alpaca elevan la prenda y garantizan abrigo. También funcionan bien las mezclas siempre que las fibras naturales tengan un peso claro en la composición, preferiblemente por encima del 80%. El problema llega con los modelos de 100% poliéster, que transpiran peor y tienden a perder su buen aspecto tras pocos lavados.

Entender la etiqueta marca la diferencia entre una prenda que acompaña durante años y otra que se queda en el armario solo una temporada. Revisar la composición y dar prioridad a las fibras naturales permite construir un armario más duradero, consciente y con prendas que realmente valen la pena.

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