La moda en 2026 no se verá igual (y la culpa la tendrá la inteligencia artificial)
De la creación de campañas al e-commerce diario, la IA dejará de ser un experimento para convertirse en la infraestructura del diseño, las ventas y el consumo del sector moda
En apenas unos años, la inteligencia artificial ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una pieza estructural del negocio de la moda. Si 2024 y 2025 han sido años de experimentación, 2026 marcará el momento en el que la IA pase definitivamente de tendencia a infraestructura básica para la mayoría de marcas, especialmente en lo que se refiere a e-commerce, creación de campañas y relación con el consumidor.
Así lo anticipa Modelia, la startup española especializada en IA visual aplicada al sector moda. Su tecnología permite generar imágenes y vídeos hiperrealistas a partir de prendas reales, sin necesidad de sesiones fotográficas tradicionales, y probar múltiples combinaciones de modelos, estilismos y escenarios en minutos. Un enfoque que ya se está utilizando para agilizar procesos creativos, optimizar recursos y reducir el impacto ambiental de las campañas.
La nueva dupla creativa: talento humano + inteligencia artificial
El primer gran cambio se producirá en los equipos creativos. Ya no existe una única campaña por temporada: hay cápsulas limitadas, drops constantes, colaboraciones exprés, fechas comerciales clave y lanzamientos pensados solo para redes sociales. La moda vive en un estado de activación permanente, y sostener ese volumen de contenido con métodos tradicionales es cada vez menos viable, tanto a nivel económico como humano.
En 2026, la combinación entre criterio creativo humano, diseñadores y modelos generativos permitirá probar ideas en horas, no en semanas. Lookbooks, imágenes editoriales o vídeos de campaña podrán generarse y adaptarse con rapidez, manteniendo una estética cuidada y coherente con la identidad de marca. Esto no significa que la creatividad desaparezca, sino todo lo contrario: la IA actúa como acelerador, liberando al equipo de tareas repetitivas y permitiéndoles centrarse en decidir qué contar, cómo y a quién.
Mayor personalización gracias a asistentes inteligentes
Pero el impacto va más allá de lo visual, porque la inteligencia artificial también transformará la relación con el consumidor. En 2026, los agentes de compra impulsados por IA evolucionarán hacia herramientas que entienden cómo vive, cómo trabaja y cómo se mueve el usuario. De esta forma, serán capaces de ir más allá de recomendar prendas por estilo o tendencia, basándose en la comodidad, el uso real y el contexto vital.

Desde la web de Modelia, puedes convertir fotos de producto en imágenes realistas y ver cómo una modelo luce tu ropa
¿El resultado? Una experiencia de compra mucho más personalizada, pero también potencialmente más consciente y menos impulsiva. Ajustar expectativas, reducir devoluciones y acertar mejor con tallas y usos reales puede tener un impacto directo en el bienestar del consumidor… y, a medio plazo, en su relación con la marca.
Adiós a la sobreproducción… y, con ello, un poco menos de estrés para el planeta
La sobreproducción sigue siendo uno de los grandes puntos débiles del sector. Aquí, la IA será clave para predecir la demanda real, anticipando tendencias, tallajes y ritmos de venta con mayor precisión. Sistemas similares a los que ya emplean compañías como Zara o H&M se extenderán a marcas más pequeñas, democratizando el acceso a una planificación más inteligente.
Además, las marcas podrán testar visualmente campañas y contenidos antes de producirlos físicamente, reduciendo riesgos y evitando inversiones innecesarias. Menos errores, menos excedentes y más foco en lo que realmente funciona.
Y sí: la sostenibilidad dejará de ser un mensaje aspiracional. Según datos manejados por Modelia, la sustitución parcial de sesiones fotográficas tradicionales por visuales generados con IA puede reducir la huella de carbono de una campaña hasta en un 99 %. De hecho, no es casualidad que marcas como Zalando, Levi’s, Adidas o Balmain ya estén explorando estos modelos híbridos.
Menos viajes, menos muestras físicas, menos estrés logístico y creativo… y más coherencia visual en todos los canales. Un equilibrio cada vez más alineado con el bienestar del planeta y de los propios equipos creativos, acostumbrados a vivir siempre al límite.
2026: el año en que la IA se vuelve invisible
La gran pregunta ya no es si las marcas de moda usarán inteligencia artificial, sino cómo la integrarán sin perder autenticidad ni propósito. El próximo año, la IA será invisible para el consumidor, pero esencial para la marca: una tecnología que permite crear mejor, producir con más cabeza y vender con más conciencia. Una moda más ágil, más consciente y, paradójicamente, más humana.