¿Cómo saber si un producto es vegano o 'cruelty-free'?
Aunque suelen generar confusión, los productos veganos no necesariamente son Cruelty Free o viceversa. Es momento de aprender a diferenciarlos.
Una de las preocupaciones que suelen enfrentar los que desean llevar un estilo de vida amigable con el entorno es saber si sus productos de belleza, higiene y/o cuidado fueron testados en animales. Por suerte, existen métodos simples que permiten identificar a las fórmulas Cruelty Free y las veganas, dos condiciones continuamente confundidas.
¿Qué sellos debo buscar en productos Cruelty Free?
Indiscutiblemente, la manera más sencilla de corroborar si estamos de cara a un producto Cruelty Free es verificar la presencia de alguno de los sellos que garantizan la condición.
En la actualidad, las marcas que comparten la filosofía de las grandes organizaciones que velan por el trato ético de los animales incluyen en sus empaques el icono con forma de conejo.
Sin embargo, es necesario prestar mucha atención, ya que algunos fabricantes inescrupulosos, se han dado a la tarea de adoptar versiones propias de los sellos y engañan a los consumidores asegurando que ofrecen cosméticos libres de crueldad animal cuando en realidad no lo son.
En este sentido, conviene aprendernos de memoria la forma en la que lucen los iconos de las principales organizaciones. Entre las más reconocidas se encuentran:
- PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales)
- CCF (Choose Cruelty Free)
- Leaping Bunny
Ahora que tenemos claro que la presencia de un sello Cruelty Free certificado acredita que durante el proceso de fabricación y comercialización del producto ningún animal ha sufrido daño, llegó la hora de conocer qué requisitos deben completar las marcas para recibirlo según cada asociación.
PETA: ¡mucho ojo!
A diferencia de lo que muchos creen, considerando el prestigio que la organización tiene a escala mundial como fiel defensora de los derechos de los animales, las exigencias para otorgar su sello son bastante laxas.
Pertenecer a la base de datos de PETA apenas requiere completar un par de sencillos pasos.
De acuerdo a la información disponible en su sitio web oficial, basta con rellenar un pequeño formulario y asegurar por medio de un documento firmado, que ninguno de los productos fabricados son o serán testados en animales. Así de simple, las marcas interesadas reciben la autorización para añadir el icono del conejo.
Leaping Bunny: un sello aprobado por diferentes países
Este organismo marca la diferencia respecto a sus homólogos de una forma contundente: la asociación se reserva el derecho de llevar auditorías continuas a fin de verificar el cumplimiento de los lineamientos establecidos en el contrato.
En su portal web podemos encontrar el listado de las empresas que cuentan con la distinción cruelty-free, además de las exigencias que deben cumplir los interesados para acceder al estándar que garantiza que sus productos son libres de crueldad animal.
Debido a que Leaping Bunny establece que las organizaciones beneficiadas deben renovar anualmente el compromiso con la iniciativa, su sello presume de reconocimiento en gran parte de la Unión Europea, así como en Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido.
Choose Cruelty Free (CCF): el más estricto de todos
Lejos de las facilidades que otorga la PETA, CCF es un organismo de origen australiano que se toma muy en serio su compromiso con la protección de los animales.
No importa si se trata de artículos de cuidado personal, cosméticos o de hogar, el ente investiga a fondo la cadena de suministro de los productos de principio a fin.
De esta manera, las marcas deben demostrar que en ningún eslabón del proceso productivo intervienen acciones de crueldad animal, así como tampoco en las acciones que realizan los fabricantes y proveedores de los ingredientes.
Asimismo, la Choose Cruelty Free es bastante estricta respecto a los compuestos involucrados en las distintas fórmulas, por lo que considera no elegibles los elementos ahora enumerados:
- Ingredientes derivados del sacrificio de algún animal
- Derivados que se obtienen de procesos en los que animales vivos sufrieron molestias o dolor y de aquellos que resultaron de su muerte
- Componentes que se derivan de cualquier vida silvestre
- Subproductos de la industria peletera, así como del matadero
- Elementos provenientes de pescados o crustáceos
Cabe acotar que, si bien resulta un poco contradictorio, califican como aceptables las miel, el propóleo, la cera de abejas, además de otros ingredientes de origen animal, tales como los productos lácteos y la lanolina.
En conclusión, hablamos de tres sellos distintos que comparten la misma lucha: lograr que las marcas o empresas detengan la práctica antiética de realizar testeos en animales. Aunque todas exigen requisitos para acceder a su certificación, los de PETA parecen ser demasiado mínimos.
De igual modo, no podemos pasar por alto una realidad evidente, existen firmas 100% libres de crueldad animal que no se acompan de estos sellos.
¿Qué dice la legislación europea acerca del testeo en animales?
Entender la legislación de la Unión Europea respecto a la práctica de realizar pruebas en animales como parte del proceso de fabricación de productos de higiene personal y cosméticos requiere dirigirnos al Reglamento (CE) Nº 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo.
En función de lo promulgado en el capítulo V de la ley en fecha 30 de noviembre de 2009 queda prohibida la comercialización de productos cosméticos en los que la formulación es el resultado de ensayos en animales, así como de aquellos en los que se evidencie la presencia de ingredientes en iguales condiciones.
Lo más interesante de este reglamento es que su aplicación en todos los países del Viejo Continente contemplaba un plazo de 4 años, lo que implica que la industria cosmética en Europa no experimenta con animales desde el 2013.
Es por ello que, en la actualidad, no son necesarios los sellos de las organizaciones, pues, queda sobreentendido que cualquier marca europea acata la legislación.* Este mismo reglamento se aplica en Estados Unidos, hoy en día las marcas y empresas norteamericanas están apegadas a esta importante iniciativa.
Por desgracia, aún siguen existiendo países como China, donde las firmas cosméticas demuestran la inofensividad de sus productos en los seres humanos a través de pruebas realizadas en animales, una premisa totalmente contraria a la filosofía Cruelty Free.
Si bien la legislación del gigante de Asia se caracteriza por sus constantes cambios, hasta el momento, la CCF, Leaping Bunny y otras organizaciones no aceptan las marcas que venden en China.
Vegano no siginica Cruelty Free: ¿cómo difereniciarlos?
Los productos libres de crueldad animal y los veganos tienden a ser confundidos. En parte, esto se debe a que ambas son actitudes que dignifican a los animales. Sin embargo, existe una clara diferencia.
Como acabamos de explicar, la condición para que un producto obtenga el sello de 100% Cruelty Free es no haber sido testado en animales. De esta manera, y como queda demostrado en el caso de la miel y la leche, es posible que su fórmula tenga elementos derivados de los animales.
Contrariamente, un artículo vegano carece de ingredientes de origen animal o de sus derivados.
En este sentido, es válido tanto que un cosmético vegano haya sido testado en animales, como que uno Cruelty Free esté formulado a base de ingredientes que se derivan de ellos.
En conclusión, las marcas que fabrican productos veganos no garantizan que sean libres de maltrato animal, un escenario que se repite a la inversa en la industria Cruelty Free. La manera más rápida y fácil de identificar a qué filosofía pertenecen es verificar la presencia de los sellos de PETA, CCF o Leaping Bunny, sin embargo, también recuerda empezar a darle una oportunidad a las prendas sostenibles como un apoyo extra al medioambiente.