¿Cómo crear tu rutina de cuidado facial desde 0? Consejos de las expertas en cosmética
¿No sabes por dónde empezar? Las expertas en cosmética te ayudan a construir una rutina consciente, eficaz y adaptada a tu piel

Todas nos enfrentamos en algún momento a crear una rutina de cuidado facial desde cero. Puede parecer abrumador, especialmente cuando el mercado está saturado de productos, promesas y tendencias virales y no tienes muy claro qué necesitas. Pero si algo tienen claro las expertas en dermocosmética es que la clave está en escuchar tu piel y construir una rutina consciente, adaptada a sus necesidades reales.
Por eso, antes de empezar a usar cualquier tipo de producto, para y piensa: ¿Qué necesita mi piel? ¿Qué quiero conseguir con mi rutina? Por ejemplo, mi rutina se centra sobre todo en la hidratación constante, por un lado porque tengo la piel seca y siempre necesito hidratación. Y por otro lado, porque la hidratación ayuda a mantener a raya muchos signos de la edad. Es mi objetivo principal, aunque no el único, por eso todos los productos que tengo en mi rutina están escogidos para trabajar en equipo y conseguir que mi piel esté luminosa e hidratada. ¿Tienes claro tu objetivo?
El error más común: copiar lo que ves en redes
Antes de hablar de productos, conviene entender qué no hacer. Porque a veces llegar a la respuesta correcta conlleva detenerse en una serie de errores. Y uno muy común es elegir productos porque son virales o porque una amiga los usa y le funcionan. No siempre es buena idea copiar tendencias en lo referente al skin care. Porque, como ya hemos comentado, no todas tenemos las mismas necesidades. Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8, lo resume así:
“Sin lugar a dudas, el error más común es seguir a pies juntillas lo que a otra persona (a un influencer, a tu vecina, tu hermano…) le funciona pensando que va a obtener los mismos resultados o porque está de moda. Y en este tipo de casos no se suele tener en cuenta la concentración, pH, vehículo y compatibilidad con su tipo de piel. Muchas veces se compra un sérum porque se ha hecho viral sin saber si realmente está formulado para las necesidades específicas de la piel que lo usará, algo que genera frustración y rutinas poco efectivas.”
Este tipo de errores son frecuentes y pueden llevar a rutinas desequilibradas, con activos incompatibles o productos innecesarios. Por eso, el primer paso es conocer tu tipo de piel: ¿seca, grasa, mixta, sensible o normal? A partir de ahí, todo lo demás cobra sentido. No se trata de acumular productos, sino de entender qué necesita tu piel en cada momento.

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Los tres pilares de una rutina consciente
Aunque la moda de las rutinas interminables coreanas sea tendencia, cualquier rutina tiene tres pilares básicos: limpieza, hidratación y protección. Realmente, si te limitas a estos tres puntos aplicando una rutina minimal, puedes conseguir resultados increíbles, porque requieren menos esfuerzo y con un poco de constancia podrás incorporarlo a tu día a día casi sin esfuerzo.
La base de cualquier rutina consciente debe incluir tres pilares: limpieza, hidratación para mantener la barrera cutánea y fotoprotección diaria como medida antiedad más eficaz. Una vez instaurada la constancia, se puede añadir un antioxidante por la mañana, como la vitamina C, y un retinoide por la noche. — Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode
Estos tres pasos son universales y funcionan para cualquier tipo de piel, solo tendrás que elegir productos adecuados para cada paso. Veamos cómo debe ser cada paso:
1. Limpieza suave y eficaz

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La limpieza es el primer paso para eliminar impurezas, restos de maquillaje y exceso de sebo. Lo ideal es usar un limpiador que respete el pH y no reseque. Si usas maquillaje o SPF, puedes optar por una doble limpieza: primero con un aceite o bálsamo, luego con un gel o espuma suave.
Nopal & Kombucha Metaphor de Byoode, con activos fermentados equilibrantes, nos ofrece una limpieza eficaz sin alterar la barrera cutánea. Su fórmula con kombucha ayuda a equilibrar la microbiota y deja una sensación fresca sin tirantez.
Si no sabes muy bien en qué fijarte para elegir un limpiador apropiado, a continuación te ofrecemos las características principales dependiendo de tu tipo de piel.
Aquí tienes la segunda parte del texto corregida, con los ajustes ortográficos y gramaticales aplicados, y las negritas conectadas incorporadas según tus indicaciones. Está en formato Markdown, listo para copiar en tu editor:
Tipo de piel | Textura recomendada | Características clave | Activos ideales | Objetivo principal |
---|---|---|---|---|
Seca | Leche, crema o aceite | Hidratante y nutritivo, sin sulfatos | Ácido hialurónico, glicerina, ceramidas, aceites vegetales | Limpiar sin resecar ni alterar la barrera cutánea |
Grasa / Acnéica | Gel espumoso, espuma ligera, arcilla | Purificante y equilibrante, no agresivo | Ácido salicílico, niacinamida, zinc, aloe vera | Controlar sebo, limpiar poros y prevenir imperfecciones |
Mixta | Gel suave o espuma equilibrante | Refrescante y regulador, sin resecar | Té verde, ácido láctico, prebióticos | Equilibrar zonas grasas y secas sin deshidratar |
Sensible / Reactiva | Agua micelar, leche o gel sin jabón | Calmante y respetuoso, sin perfume ni alcohol | Avena, centella asiática, alantoína, pantenol | Limpiar sin irritar ni provocar rojeces |
Normal | Gel suave, espuma ligera, agua micelar | Equilibrado y respetuoso, sin activos intensivos | Vitamina E, extractos botánicos, ácido hialurónico | Mantener salud cutánea y preparar la piel |
2. Hidratación para reforzar la barrera cutánea
Una piel bien hidratada se ve más luminosa, elástica y resistente. Pero más allá del aspecto, la hidratación es clave para mantener la función barrera de la piel: esa capa protectora que evita la pérdida de agua y la entrada de agentes irritantes. Cuando esta barrera está comprometida, la piel se vuelve más reactiva, apagada o propensa a la descamación.

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Para hidratar correctamente, puedes usar un sérum con ácido hialurónico que actúe en capas profundas, seguido de una crema adaptada a tu tipo de piel que selle la hidratación. Si prefieres fórmulas prácticas, los hidratantes con color o con SPF pueden ser una excelente opción para el día a día.
Un producto ideal para conseguir el ansiado efecto buena cara es Face Finishing & Firming Tinted Moisturizer de Perricone MD, con acabado glow y activos reafirmantes como DMAE y ácido alfa lipoico. No obstante, si quieres saber cómo elegir el producto perfecto para tu tipo de piel, ten en cuenta las indicaciones del siguiente cuadro:
Tipo de piel | Textura recomendada | Características clave | Activos ideales | Objetivo principal |
---|---|---|---|---|
Seca | Crema rica, bálsamo, aceite facial | Nutritiva y reparadora, con efecto barrera | Manteca de karité, ceramidas, escualano, ácido hialurónico | Reforzar la barrera, evitar descamación y tirantez |
Grasa / Acnéica | Gel acuoso, loción ligera, fluido oil-free | No comedogénica y seborreguladora | Niacinamida, zinc, ácido hialurónico, aloe vera | Hidratar sin obstruir poros ni aumentar el brillo |
Mixta | Emulsión ligera o crema equilibrante | Hidratante y reguladora, sin exceso de lípidos | Ácido hialurónico, pantenol, extracto de bambú | Equilibrar zonas secas y grasas sin sobrecargar |
Sensible / Reactiva | Crema calmante, bálsamo ligero | Calmante y protectora, sin perfume ni alcohol | Avena, centella asiática, alantoína, ceramidas | Hidratar sin irritar, reforzar la tolerancia cutánea |
Normal | Crema ligera o gel-crema hidratante | Equilibrada y confortable, de rápida absorción | Vitamina E, ácido hialurónico, glicerina | Mantener hidratación y confort sin sensación grasa |
3. Fotoprotección diaria, incluso en invierno
Si ya habéis leído varios de mis artículos, seguro que esta recomendación os resultará familiar. Ya que la digo cada vez que os cuento algo del cuidado diario de la piel. De hecho, no soy la única: la actriz Paula Echevarría ya dijo hace algún tiempo que su rutina se centraba en la hidratación y la protección solar diaria. Y es que no hay un profesional de la dermocosmética que no coincida con esto: la protección solar no es opcional.
Debemos usarla a diario y es el recurso más valioso que tenemos para detener el fotoenvejecimiento cutáneo. Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijpur, lo afirma sin rodeos:
“El protector solar es el único producto realmente insustituible. Más allá de cremas, sérums o tratamientos específicos, la protección frente a la radiación UV es la medida antiedad más probada y efectiva. Usarlo a diario, incluso en invierno o en días nublados, es el hábito que más diferencia marcará en la calidad de la piel a largo plazo.”
Busca un protector solar de amplio espectro, con textura ligera y acabado invisible. Puedes elegir entre fórmulas con color, matificantes o hidratantes según tu estilo de vida. Recuerda reaplicarlo cada dos horas si estás expuesta al sol.

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¿Y después? Activos que marcan la diferencia
Una vez que tienes la base, puedes incorporar activos según tus objetivos:
- Vitamina C por la mañana: antioxidante, iluminador y despigmentante. Ayuda a proteger la piel del daño ambiental y mejora la luminosidad. Busca productos que tengan una alta concentración pero que sean estables, ya que la vitamina C tiene tendencia a oxidarse y perder efectividad. C Tetra Advanced, de Medik8, emplea tecnología liposomada para conseguir mayor estabilidad y penetración profunda, lo cual ayuda a sacarle el máximo partido a la vitamina C y nos deja un glow muy natural.
- Retinoides por la noche: estimulan la renovación celular, mejoran textura y firmeza. Son eficaces contra el acné, las manchas y los signos de envejecimiento. Empieza con concentraciones bajas y alterna días para evitar irritación. Puedes combinarlo con ingredientes calmantes como ceramidas o niacinamida.
- Nutricosmética personalizada: si tu piel necesita un refuerzo desde dentro, los suplementos pueden ayudarte a mejorar hidratación, elasticidad y luminosidad, sobre todo a medida que cumplimos años. Un buen ejemplo es Skin Moisture IQ, de Advanced Nutrition Programme, con ácido hialurónico, ceramidas, omega 3 y fitonutrientes. Su fórmula en cápsulas está diseñada para actuar en combinación con tu rutina tópica. Aunque recuerda elegir la opción que cubra tus necesidades.

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Menos pasos, más constancia
Ya lo decía al principio de este artículo: no necesitas una rutina de diez pasos ni una estantería llena de productos para conseguir resultados. Lo que tu piel necesita es coherencia y constancia. Empieza por lo básico, observa cómo responde tu piel y ajusta según la temporada, el clima o tus cambios hormonales.
Una rutina bien pensada no solo mejora la apariencia de la piel, también se convierte en un ritual de autocuidado. Dedicar unos minutos al día a tu rostro es una forma de reconectar contigo misma, de parar y de cuidar lo que te sostiene.
Puede parecer un acto superficial, sin embargo, el autocuidado no solo nos ayuda a vernos mejor sino a sentirnos mejor si lo planteamos como nuestro momento. Despéjate de tu día mientras usas el limpiador, eliminarás las impurezas del rostro y todo aquello que te sobrecarga en el día. Hidrata tu piel y piensa en todo lo que consigues a diario. Aplícate la protección solar y piensa en qué puedes hacer tu día memorable. Tal vez sea la rutina que necesitas.