Qué hacer si te has quemado con el sol este verano
Siempre hay que prevenir, pero si llegamos tarde, esto es lo que debes hacer con tu piel
Siempre nos aconsejan una serie de recomendaciones para cuidar la piel al máximo. El sol puede provocar en ella daños irreparables pero aún así, puede que un día lleguemos a casa más rojos que nunca. Entonces sí, te has quemado con el sol y ahora te preguntarás qué es lo que debes hacer. Pues hay unos pasos vitales para tratar la piel como se merece y para que sufra lo menos posible y tú con ella.
La verdad es que la prevención siempre es la mejor medicina. De manera que así ya no tendremos que llegar a hablar de remedios y no sufriremos tanto como pensamos. Pero tal y como hemos mencionado, hay ocasiones en las que se nos va todo de las manos y como tal, el sol nos gana la partida en ese día.
Usa paños fríos
Al estar la piel muy caliente, por la acción del sol, lo mejor es bajar la temperatura de la misma. No es una tarea muy sencilla porque seguro que dicho calor permanecerá unas horas más. Aún así, lo mejor es aplicar paños fríos en la zona a tratar. Un paño empapado y escurrido con agua bien fría es la mejor solución. Lo dejarás hasta que lo notes caliente.
Duchas de agua fría
Sí, el agua fría vuelve a estar presente y es que se trata de una gran protagonista a tener en cuenta. Es cierto que a veces no la soportamos pero seguro que en este caso sí que la vas a agradecer. Una ducha en agua bien fresca será uno de los mejores remedios, que te harán sentir muy bien y tu piel te lo agradecerá.
Aloe vera
El aloe vera es uno de los mejores aliados para hidratar. Para la hidratación de la piel solemos contar con diferentes remedios caseros y en este caso, nos quedamos con uno de los que además de dicha hidratación también la van a ayudar a la regeneración. Además es cicatrizante y antiinflamatorio.
After Sun
En verano, además de la protección solar que llevamos a la playa o piscina, el After Sun también es vital. Una crema que calma la piel y que está formulada para ser la protagonista después de una jornada de sol. Se encarga también de hidratar, además de nutrir y de seguir protegiendo la piel.