Niacinamida vs ácido salicílico: ¿cuál debería usar?
El ácido salicílico y la niacinamida, son dos elementos infalibles en el cuidado de la piel. Te contamos más detalles.
La industria de la cosmética ha logrado algunos de sus mejores productos con estos dos ingredientes, incluso aquellos que se han convertido en básicos de belleza. Pero siendo más específicos, el ácido salicílico es bastante popular por su capacidad para suavizar y aclarar la piel, mientras que la niacinamida es reconocida por su poder cicatrizante.
Por esto, no es de extrañar que muchas personas quieran utilizar estos dos principios activos. Pero ante estos dos beneficiosos ingredientes, también surgen algunas dudas, como: cuál es mejor, cuál debería usar o si es posible usarlos juntos. Por suerte, hemos preparado la guía definitiva, para que tú misma puedas decidir cuál es la mejor opción según tu caso.
¿Qué es la niacinamida?
La niacinamida es una forma de vitamina B3 que se utiliza como componente activo en cremas, sérums u otros productos similares.
La concentración de este producto varía, pero lo recomendable elegir una que vaya acorde con nuestro tipo de piel, aunque por lo general se suele comenzar con dosis bajas, pero en cualquier caso, es un ingrediente muy fácil de usar y que se adapta a la perfección a todos los tipos de piel.
La niacinamida habitualmente se utiliza una a dos veces al día, aunque en realidad depende del producto en sí. Pero lo que está claro es su poder para disminuir las rojeces, minimizar las líneas de expresión y reducir la apariencia de los poros. Si tu piel es propensa al acné, entonces vas a agradecer el añadir este ingrediente a tu régimen del cuidado de la piel.
Y a pesar de que no se conoce muy bien por qué es un producto tan efectivo, estudios han demostrado que en 12 semanas de uso continuo puede mejorar notablemente la elasticidad de la piel y reducir las líneas finas y las arrugas.
¿Cuáles son los beneficios principales de usar niacinamida?
Es un nutriente hidrosoluble que logra penetrar la piel y restaurar la energía y mejorar las funciones celulares. Pero entre tanto, estos son algunos de los beneficios de usar niacinamida en tu rutina de skincare:
- Elimina la producción excesiva de sebo: según las últimas investigaciones, se ha demostrado que una concentración de incluso 2% tiene la capacidad de ayudar a reducir la producción de sebo y al mismo tiempo, disminuir la tasa de frecuencia. Esto se traduce en poros limpios, menos acné y una piel suave y mate.
- Mejora la función de barrera de la piel: la niacinamida también es capaz de espesar la barrera cutánea al aumentar los niveles de ceramidas y ácidos grasos. Esto permite mejorar la función protectora de la piel y retener agua de forma saludable, disminuyendo arrugas e imperfecciones.
- Reduce la pigmentación y unifica el tono de la piel: nuevamente, estudios científicos han arrojado que una concentración al 4% mejora el tono de la piel y reducir la hiperpigmentación en tan solo 6 semanas de uso.
¿Qué es el ácido salicílico?
El ácido salicílico es quizá, el beta-hidroxiácido (BHA) más popular que existe, utilizándose para el cuidado de la piel durante muchos años.
Se trata de un queratolítico de origen natural que, por supuesto, se usa para suavizar y descomponer la queratina, un componente que a pesar de ser indispensable para la capa externa de la piel, al producirse en exceso puede ocasionar problemas, como el acné por ejemplo.
El ácido salicílico es un agente desmolítico, un exfoliante natural que se emplea para tratar el acné, la psoriasis y muchas otras afecciones de la piel. Además, y quizá la cualidad por la que la mayoría utiliza este ingrediente, es por su poder para limpiar a profundidad los poros y estimular el rejuvenecimiento de la piel. También es una sustancia que prepara la piel para absorber mejor otros productos de tu rutina de cuidado de la piel.
Puedes encontrarlo en diversas presentaciones, como geles, lociones, sérums, entre otros. Y al igual ocurre con la niacinamida, la concentración de la sustancia es variable, y puedes elegir una concentración mayor o menor en función de tu tipo de piel, estas van desde 0,5 hasta 30%, siendo las dosis bajas ideales para quienes las usan por primera vez.
Beneficios del uso del ácido salicílico
El ácido salicílico es un exfoliante químico, y aunque existen algunas otras opciones en el mercado, continúa reinando como el beta-hidroxiácido favorito de muchas, y estas son algunas de las razones:
- Proporciona una limpieza profunda de los poros: una de las características de los beta-hidroxiácidos, a diferencia de los alfa-hidroxiácidos, como el ácido glicólico es que el primero es soluble en aceite, por lo que tiene una excelente capacidad para penetrar y exfoliar los polos, deshacerse del exceso de sebo y eliminar la grasa que ha obstruido a profundidad los folículos pilosos.
- Suaviza y exfolia la piel: el ácido salicílico logra desintegrar el cemento intracelular, ese “pegamento” que mantiene unida las células de la piel, incluyendo también células viejas o muertas, por lo que al deshacerse de estas, lograrás tener una piel más suave.
- Reduce el tamaño de los poros: al tener una piel más lisa, se crea la ilusión de que se ha reducido el tamaño de los poros, una característica frecuente en los exfoliantes químicos. Además, y relacionado con su capacidad para limpiar los poros, también hace que parezcan más pequeños al no tener en su interior residuos que los dilaten.
¿Cuál es la diferencia entre la niacinamida y el ácido salicílico?
Ambos ingredientes tratan muchos de los mismos problemas, sin embargo, tienen formas diferentes de combatirlos, aportando beneficios particulares en el proceso.
El ácido salicílico es un ingrediente de limpieza profunda, mucho más intensivo, que se encargará de desalojar y eliminar todas las impurezas de tu piel. Al mismo tiempo, controla el exceso de sebo, lo que te ayudará a hacerle frente al acné y a evitar brotes futuros. Aunque debes de tener en cuenta que este proceso puede ser un poco irritante y deshidratante.
Por el contrario, la niacinamida es menos intensiva, por lo que solo será capaz de combatir el acné moderado. Pero su punto más fuerte es que favorece la proliferación de las células cutáneas y logra mantener la hidratación de la piel, reforzando así la epidermis. Esto va de la mano con una piel blindada, capaz de protegerse de las agresiones externas, con un tono uniforme y sin pigmentaciones.
¿Se pueden utilizar la niacinamida y el ácido salicílico juntos?
La niacinamida y el ácido salicílico no son ingredientes competidores, por el contrario, son una pareja perfecta para el cuidado de la piel. Aunque realmente la niacinamida ayudará a que tu piel soporte mejor la mayoría de productos para el cuidado facial (excepto la vitamina C).
De hecho, el ácido salicílico puede ser un deshidratante, especialmente cuando lo comenzamos a usar, por lo que acompañar su uso con niacinamida será adecuado para restaurar la hidratación de la piel. Esto gracias a la producción de ceramidas que refuerzan la barrera de la piel y evitan la pérdida de agua transepidérmica.
En general, la niacinamida se hará cargo de los efectos no tan positivos del ácido salicílico. Es decir, te brindará protección contra las agresiones de los rayos UV y las bacterias, elementos a los que tu piel podría volverse vulnerable después de la aplicación de este BHA.
¿Cómo utilizar niacinamida y ácido salicílico juntos?
Ten en cuenta que aunque son productos que combinados actúan muy bien, debes de poner especial atención al momento de incluirlos en tu rutina de cuidado de la piel.
Los niveles de pH de la niacinamida y del ácido salicílico han sido formulados cuidadosamente, por lo que aplicar el ácido salicílico con su pH ácido directamente sobre la niacinamida y su pH neutro, hará que el ácido salicílico sea menos eficaz al provocar un desbalance en su PH, llegando a provocar enrojecimiento, el cual no es perjudicial, pero puede durar unas horas.
Productos combinados
En el mercado existen algunos productos que cuentan con ambos ingredientes y están especialmente diseñados para trabajar en conjunto al mismo tiempo, lo cual puede acelerar y hacer tu rutina de skincare mucho más simple.
Pero ten en cuenta que probablemente para que ambos funcionen a la perfección, seguramente se ha tenido que recurrir a una menor concentración de ambos ingredientes, por lo que tardarás mucho más tiempo en ver sus resultados.
Utilízalos en momentos distintos
La forma ideal de evitar cualquier tipo de interacción negativa, es tan simple como alternar su uso. Por ejemplo, podrías utilizar el ácido salicílico en la noche y la niacinamida en la mañana. Por el contrario, alternar los días en los que se utilizan los ingredientes, utilizando un día un producto y al día siguiente el otro.
Incluso, podrías esperar alrededor de 30 minutos entre aplicaciones y también podría funcionar, aunque seguramente no tienes tanto tiempo para hacer esto por las mañanas, por lo que no es una muy buena idea después de todo.
Pero sea cual sea la forma elegida, recuerda siempre finalizar tu rutina con una buena crema hidratante y jamás te olvides del protector solar, tu piel te lo agradecerá. Además, al incorporar estos dos activos a tu rutina de belleza, en tan solo un par de semanas empezarás a ver grandes cambios.