Ácido salicílico es un exfoliante que trabaja desde dentro

El exfoliante que limpia desde dentro, regula el sebo y transforma tu piel sin irritarla.

Ácido salicílico es un exfoliante que trabaja desde dentro
El ácido salicílico es ideal para pieles grasas o con tendencia acnéica: limpia los poros, reduce el sebo y mejora la textura sin agredir la piel.
Publicado en Tendencias Belleza

El ácido salicílico es uno de los ingredientes más estudiados y eficaces en cosmética dermatológica. Quizás a nosotros los mortales no nos suene, pero a veces el marketing refuerza la idea sobre determinados activos y nos dejamos de lado otros igual de importantes. De hecho, todos conocemos las virtudes de la Vitamina C o del ácido hialurónico.

Sin embargo, el ácido salicílico presenta cualidades clave para quienes tienen la piel grasa, mixta o con tendencia al acné. Gracias a su capacidad para penetrar en los poros, exfoliar desde el interior y modular procesos inflamatorios. Pero sus aplicaciones van mucho más allá, así que descubramos este interesante ingrediente para decidir si lo necesitamos en nuestra rutina de belleza.

¿Qué es y de dónde procede?

El ácido salicílico es un tipo de ácido que forma parte de un grupo llamado beta-hidroxiácidos, pero no te preocupes por el nombre complicado, más adelante te lo explico. Su nombre viene del latín salix, que significa “sauce”, porque se descubrió originalmente en la corteza del árbol de sauce blanco y en otra planta llamada reina de los prados.

Cuidado facial

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Hoy en día, el ácido salicílico que usamos en cosmética no se extrae directamente de las plantas, sino que se fabrica en laboratorios para asegurar que sea puro y seguro. Aunque se haga en laboratorio, su estructura química es la misma que la del natural, por eso funciona igual de bien.
En productos para el cuidado de la piel, el ácido salicílico puede estar solo o combinado con otros ingredientes, como la betaína. Cuando está en estas combinaciones especiales, suele ser más suave y mejor tolerado, sobre todo si tienes la piel sensible.

¿Cómo actúa en la piel?

Como ya te comenté en el anterior apartado, el ácido salicílico pertenece a la familia de los beta-hidroxiácidos (BHA). Estos compuestos orgánicos se emplean por su capacidad exfoliante, antiinflamatoria y seborreguladora. A diferencia de otros ácidos de uso similar como son los alfa-hidroxiácidos (AHA), solubles en agua, los BHA son lipofílicos, es decir, son solubles en grasa. Esto les permite penetrar en los poros y actuar desde el interior.

gotero cosmético

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Su acción principal es desmocítica, es decir, rompe los enlaces entre células muertas, facilitando una exfoliación controlada sin agredir la piel. Lo cual, aunque se trata de un exfoliante químico potente, nos permite obtener una exfoliación controlada y menos agresiva que otros ácidos exfoliantes como los AHA. Eso es lo que hace que sea bien tolerado, siempre y cuando se use en concentraciones adecuadas.
Al ser lipofílico, es capaz de deshacer los tapones de sebo y células muertas que obstruyen los poros. Todo ello contribuye a regular la producción de grasa en la piel, evitando la producción en exceso y que la piel se vea brillante.

Otra de las cualidades del ácido salicílico es su acción calmante, pues reduce la inflamación local y el enrojecimiento. Esto es perfecto cuando surgen brotes o irritaciones porque ayuda a paliarlos.

Limpieza facial

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¿Qué problemas trata?

El ácido salicílico se emplea sobre todo para solucionar problemas relacionados con la producción de grasa de la piel. Los problemas más comunes que trata son:

  • Acné leve y moderado: puntos negros, espinillas y poros congestionados. Su uso mantiene a raya su aparición porque nos permite eliminar el exceso de sebo.
  • Hiperqueratosis: exceso de células muertas en zonas como codos, rodillas o cuero cabelludo. En este aspecto el ácido láctico ayuda a disolver las células muertas, suavizar la textura y prevenir que se vuelvan a acumular.
  • Manchas solares incipientes: permite tratar los lentigos (las conocidas como manchas de la edad), melasma leve (manchas difusas marrones) y el fotoenvejecimiento. Ayuda a mejorar la textura y a prevenir que estas manchas se intensifiquen.
  • Descamaciones: en casos de psoriasis, caspa y queratosis pilaris, contribuye a suavizar la piel y a desobstruir los poros. Se suele complementar con otros ingredientes como la urea, ceramidas o el ácido hialurónico en productos para tratar estos problemas.
Aplicando sérum

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Estudios clínicos han demostrado que fórmulas con 2 % de ácido salicílico pueden reducir significativamente el número de lesiones de acné en pocas semanas.

¿Quién no debería usar ácido salicílico?

Este activo es ideal para quienes tienen la piel grasa o mixta. Sin embargo, en algunos casos es mejor recurrir a otros activos, porque puede provocar reacciones que no buscamos. Como en:

  • Pieles muy sensibles o reactivas: puede causar irritación, enrojecimiento o descamación si la barrera cutánea está debilitada.
  • Pieles extremadamente secas: al ser exfoliante, puede agravar la sequedad y provocar sensación de tirantez o descamación.
  • Personas alérgicas a los salicilatos: si hay antecedentes de alergia al ácido acetilsalicílico (aspirina), es mejor evitarlo.
  • Niños pequeños: salvo indicación médica, no se recomienda en menores por riesgo de absorción excesiva.
  • Durante el embarazo o lactancia: aunque no está prohibido, se aconseja consultar con un dermatólogo antes de usarlo en concentraciones altas o en zonas extensas.
  • Piel con heridas abiertas o quemaduras: puede irritar aún más y retrasar la recuperación.
Gotas de gel

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¿Con qué activos funciona mejor?

El ácido salicílico potencia sus efectos cuando se combina con ingredientes estratégicos como:

  • Niacinamida: calma la inflamación y refuerza la barrera cutánea.
  • Ácido azelaico: potencia el efecto despigmentante y antiinflamatorio.
  • Retinoides: estimulan la renovación celular; se recomienda alternar su uso (salicílico por la mañana, retinoide por la noche).
  • Ácidos AHA suaves (mandélico, láctico): exfolian la superficie mientras el salicílico actúa en profundidad.
  • Ceramidas y ácido hialurónico: hidratan y protegen la piel, evitando sequedad excesiva.

Por lo tanto, si buscas potenciar determinadas cualidades, es interesante usar cosméticos que aúnen los ingredientes que más te van a beneficiar.

Exfoliante

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¿Cómo se usa en cosmética?

El ácido salicílico se encuentra en múltiples formatos, todos ellos ligados a procesos de limpieza de la piel en:

  • Limpiadores: para uso diario, especialmente en pieles grasas.
  • Tónicos y sérums: con concentraciones entre 0,5 % y 2 %, según tolerancia.
  • Mascarillas y exfoliantes semanales: para una acción más profunda.
  • Tratamientos localizados: sobre granos activos o zonas específicas.
Limpieza facial

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En entornos profesionales, se utiliza en peelings químicos para tratar manchas, textura irregular y daño solar. Lo cual demuestra la versatilidad que este activo presenta para uso cosmético.

Como habéis visto, hablar del ácido salicílico como un simple exfoliante sería quedarnos cortos. Es un activo multifuncional, con respaldo científico, que regula, limpia y transforma la piel desde dentro. Si tu piel lo permite, ya vimos que no es para todo el mundo, este ingrediente puede marcar la diferencia en tu rutina de belleza.

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