¿Qué beneficios tienen los antioxidantes para la piel?
El envejecimiento está directamente relacionado con la oxidación. Tanto los alimentos como productos que incluyen antioxidantes son aliados para ralentizar la aparición de los signos de la edad.
Los radicales libres son el principal enemigo de la salud de la piel. Desde los rayos UV y la radiación infrarroja, hasta la contaminación alteran su comportamiento y aceleran el envejecimiento. Los antioxidantes naturales o artificiales tienen el poder de detener las reacciones químicas de dichos factores, por lo que corrigen las consecuencias visibles y previenen los daños futuros.
¿Qué son los antioxidantes?
Básicamente, hablamos de moléculas que cumplen una doble función: por un lado, atrapan los radicales libres y, por el otro, los neutralizan. De esta manera consiguen evitar la destrucción que generan en la piel.
La naturaleza nos regala verdaderos tesoros para cuidar nuestra piel, basta con echar un vistazo a los múltiples beneficios del ácido kójico del aloe vera o la manzanilla. En el caso de los antioxidantes, están presentes en diferentes alimentos como las zanahorias, mangos, fresas, naranjas, papayas, aguacates y tomates.
¿Cómo actúan los antioxidantes y por qué los necesitamos?
Entender el funcionamiento de los antioxidantes requiere conocer qué son exactamente los radicales libres. Hablamos de moléculas de oxígeno altamente reactivas e inestables que si bien se producen de forma natural en el organismo, pueden causar daño en la estructura celular.
Debido a que la estructura atómica carece de uno o más electrones, su estabilidad depende del “robo” de electrones a otras moléculas. Este proceso recibe el nombre de estrés oxidativo, el cual es capaz de afectar sustancialmente tanto a la cadena de ADN, como a las membranas celulares.
De esta forma, una vez que el organismo entra en contacto con factores que provocan estrés, la respuesta es la presencia de estos compuestos altamente bioactivos.
Aunque el funcionamiento del cuerpo requiere cierto grado de estrés oxidativo al momento de luchar contra los cuadros infecciosos o las células defectuosas, el problema se encuentra cuando el proceso se vuelve excesivo.
Precisamente ahí es donde hace falta un aliado. Los antioxidantes ceden sus electrones para contrarrestar a los radicales libres, en simultáneo actúan como una especie de escudo protector para las células y evitan o disminuyen los posibles daños.
Si bien el funcionamiento orgánico natural incluye la producción de algunos de estos importantes compuestos, en términos de cuidado de la piel, es necesario aplicarlos de manera tópica o ingerirlos a través de los alimentos.
¿Qué hacen los antioxidantes por tu piel?
Tomando en cuenta que la piel está principalmente compuesta por células y que los antioxidantes eliminan los electrones sueltos de los átomos, es fácil deducir que su función básica es evitar el daño celular.
Al igual que el ácido glicólico cambia el aspecto de la piel, los antioxidantes actúan como protectores y ralentizan la aparición de los signos del envejecimiento, por lo que merecen un espacio privilegiado en nuestra rutina de belleza. Si aún no estás convencido, presta atención a todo lo que hacen por ti:
Previenen el daño solar
Diversos estudios demuestran que, sin importar el tipo, todos los antioxidantes cuentan con importantes cualidades antiinflamatorias.
Esta propiedad resulta de especial ayuda ante la acción nociva de los rayos solares, su efectividad no sólo brinda alivio a la respuesta inflamatoria que suele desencadenar la piel después del abuso del contacto con la radiación solar, sino que previene las quemaduras y sirve de protección contra el fotoenvejecimiento.
Promueven la reparación de la piel
Si bien el órgano más grande y expuesto del cuerpo sigue un proceso de renovación natural, no podemos olvidar que su óptimo funcionamiento se ve apaciguado ante la presencia de algún tipo de inflamación.
Las propiedades antiinflamatorias de los antioxidantes permiten que la piel recupere su capacidad de auto repararse y así corregir los daños visibles. El efecto es aún mayor, cuando se trata de componentes como la vitamina C, ya que la misma, promueve la producción de colágeno.
Corrigen los signos del envejecimiento
La descomposición del colágeno que implica el estrés oxidativo impide que la piel realice con eficiencia, su proceso natural de recuperación. Asimismo, incrementa la inflamación generalizada de sus capas más externas.
Los antioxidantes neutralizan la acción negativa de los radicales libres y, por consecuencia, previenen y corrigen las líneas finas de expresión, las manchas y la flacidez, además contribuyen a la disminución de los brotes de acné, devolviéndole la lozanía y apariencia juvenil a la piel.
Ayudan a aclarar el tono de la piel
Otra consecuencia evidente tanto de la acción de los radicales libres como de la exposición continua a la radiación solar, es la alteración en la producción de melanina.
Considerando que hablamos del pigmento natural que da color a la piel, estos cambios favorecen la aparición de manchas oscuras o desigualdades en la tonalidad. Los antioxidantes reducen el fotodaño, por lo tanto, se convierten en pieza clave en la prevención de la pigmentación anormal.
Los 7 mejores antioxidantes para la piel
En el entorno de la industria cosmética y del cuidado de la piel, existe una amplia variedad de antioxidantes de gran eficacia. Entre los más populares y potentes se encuentran:
Vitamina C
Sin duda, es el antioxidante más recomendado por los dermatólogos, así como uno de los que cuenta con mayor soporte científico respecto a su efectividad. La vitamina C no solo es un excelente eliminador de los radicales libres, también inhibe la tirosinasa, la enzima que incrementa la producción de melanina.
Es así que combate la hiperpigmentación y previene los daños que generan los rayos UV, de ello la importancia de utilizarla en la mañana junto a un buen filtro solar.
Además de atenuar las manchas oscuras, esta vitamina es un agente estimulador de la producción de colágeno, lo que implica el favorecimiento de la capacidad natural de regeneración y la posibilidad de disfrutar de una piel mucho más firme y lozana.
Té verde
El té verde es una de las bebidas de mayor consumo a escala mundial. Aunque tiene un agradable sabor, la verdadera razón de su popularidad radica en la presencia de antioxidantes polifenólicos en su composición.
Entre los beneficios que ofrece la infusión se destaca su eficaz efecto antiarrugas, de hecho, es considerado uno de los antioxidantes más potentes.
Las investigaciones acerca de sus propiedades coinciden en un destacado poder para neutralizar la acción de los radicales libres. Mientras por un lado promueve la segregación de estatinas, por el otro, favorece la producción de colágeno y disminuye los niveles de las enzimas responsables de su degradación.
Otra ventaja de integrar el consumo de infusiones de té verde, o de suplementos dietéticos en los que actúa como ingrediente activo, es que disminuye potencialmente el riesgo de padecer cáncer de piel.
Niacinamida
La también denominada vitamina B3 es un aliado infalible en la recuperación del tono y textura de la piel. Asimismo, su poderoso efecto antiinflamatorio actúa a favor de la disminución de las líneas de expresión y de las arrugas.
Las propiedades antiinflamatorias suponen igualmente el alivio de los brotes de acné, combaten el enrojecimiento y optimizan la función de barrera de la piel.
Aun cuando cualquiera puede aprovechar sus beneficios, es especialmente recomendada para personas que padecen afecciones cutáneas, incluso aquellas con pieles sensibles ya que se desconocen posibles efectos secundarios.
Resveratrol
Mejor conocida como la "molécula de la longevidad" es la primera en la lista al momento de hablar de antioxidantes con capacidades antienvejecimiento. De forma natural, está presente en la piel de las bayas, de las uvas, en el cacahuate y los arándanos.
Su funcionamiento en el cuidado de la piel es bastante similar al que rinde en las plantas, donde actúa como especie de escudo protector. La razón de ello se justifica en su composición.
Los estudios clínicos demuestran que el resveratrol posee importante efecto antiinflamatorio, además combate eficientemente los hongos y bacterias. En conjunto, sus propiedades brindan alivio, previenen infecciones y ralentizan la aparición de los signos del envejecimiento.
Cabe acotar, que la exposición a la radiación solar tiende a neutralizar su efectividad, por lo que conviene limitar su uso al horario nocturno.
Vitamina E
Aunque muchos órganos del cuerpo ven beneficiado su funcionamiento gracias a las propiedades de la vitamina E, ninguno lo hace como la piel.
Los dermatólogos y profesionales farmacéuticos coinciden en su inigualable capacidad de acelerar la cicatrización, de ello, su continua presencia en diferentes fórmulas hidratantes, desde cremas y lociones, hasta pomadas.
Además de combatir la resequedad y devolver la elasticidad, la vitamina E es perfecta para tratar las estrías y contribuye a la asimilación o estabilización de otros antioxidantes, por ejemplo, el resveratrol y la vitamina C.
Retinol (vitamina A)
El retinol se encuentra en la lista de los ingredientes que mayor efectividad ha demostrado en el retraso del envejecimiento de la piel.
Este derivado de la vitamina A debe su efectividad al tamaño de su estructura molecular, la cual al ser tan pequeña, hace posible una penetración lo suficientemente profunda como para promover la producción de colágeno. De esta forma, su mayor beneficio radica en que incrementa la capacidad natural de renovación y reparación de las células.
Si bien el retinol de venta libre permite disfrutar de sus ventajas, la prescripción de retinoides como la tretinoína está pensado para el tratamiento de las arrugas, ya que suaviza las líneas finas, al tiempo que evita la decoloración y mejora el tono.
Coenzima Q10
La coQ10 es la responsable de que los jóvenes puedan trasnochar sin tener que lidiar con señales de cansancio en su rostro al día siguiente. Sin embargo, el avance de la edad trae consigo una disminución del suministro de la coenzima, y la piel comienza a pasar factura.
De cara a la edad adulta, cada vez es menor la producción de la denominada ubiquinona, lo que trae como consecuencia la susceptibilidad al desarrollo de las arrugas y al fotoenvejecimiento.
Los ensayos clínicos que avalan su efectividad sugieren que la aplicación tópica combate el daño que provocan radicales libres y mantiene la salud de las células.
Igualmente, la facilidad de absorción del antioxidante permite que actúe desde adentro en la estimulación de la producción de colágeno, de esta manera, representa un ingrediente clave en la recuperación de la elasticidad y de la buena textura de la piel.
Polifenoles
Los polifenoles son una amplia familia de compuestos, entre los que se incluye el resveratrol. Estas moléculas antioxidantes de gran presencia en las frutas, té verde o negro y verduras, poseen importantes propiedades ideales para prevenir el fotodaño del rostro que generan los rayos ultravioletas del sol.
Además de su eficiencia en la lucha contra el estrés oxidativo, tienen efecto antiinflamatorio e inmunomodulador. Asimismo, tienen acción en la reparación de la cadena de ADN y en la ralentización del envejecimiento.
De acuerdo a la opinión de los especialistas, tanto el consumo como la aplicación tópica de ingredientes ricos en estos compuestos contribuyen a optimizar la capacidad de respuesta de la piel frente a posibles agentes nocivos.
Es importante aclarar que la lista antes mencionada no es ni la cuarta parte de los antioxidantes que favorecen la salud de la piel. Algunos especialistas sugieren que en la actualidad se investiga la acción de elementos que pueden llegar a superar a la vitamina C en potencia y efectividad, entre ellos la idebenona y el coffeeberry.
¿Con qué otro ingrediente peudo combinar los antioxidantes?
Exceptuando casos en los que exista tendencia a la irritación cutánea, la mejor parte de los antioxidantes como aliados para cuidar la piel es que pueden combinarse a la medida de las necesidades con total libertad.
De hecho, los dermatólogos aseguran que la combinación de ciertos elementos resulta exponencialmente más beneficiosa. Por ejemplo, las vitaminas E y C son más efectivas en conjunto.
Otra buena herramienta de belleza es la que obtenemos de mezclar el ácido ferúlico y la floretina, dos antioxidantes que si bien no aparecen entre los favoritos, cumplen con la función de estabilizar la vitamina C e incrementar su eficiencia.
En definitiva, ante la producción descontrolada de radicales libres, los antioxidantes son la medida más sencilla de prevenir y disminuir el efecto nocivo de estas maliciosas moléculas. Aun cuando existen fórmulas cosméticas y suplementos, vale la pena valorar su incorporación a través de la alimentación.