Qué son las cutículas de las uñas y cómo se cuidan

Las cutículas forman parte esencial de la belleza de tus manos, por lo que requieren de una atención especial.

Qué son las cutículas de las uñas y cómo se cuidan
El cuidado de las cutículas es más importante de lo que creemos. Foto: Kester Black
Publicado en Belleza

Aunque para muchas personas pueden parecer insignificantes, las cutículas tienen una enorme influencia sobre la salud de tus garras. De hecho, la función de este pequeño trozo de piel es mantener tus uñas sanas y fuertes, no cuidar la cutícula adecuadamente podría hacer que tus uñas se astillen y vuelvan quebradizas.

Es por ello que el cuidado de las cutículas no debería tomarse a la ligera, y para que logres unas uñas sanas y hermosas, te brindaremos todos los consejos necesarios sobre esta muy pequeña zona de tus manos.

¿Qué es la cutícula de las uñas?

Cutículas

Todo extremo de donde crece la uña está rodeado por una capa de piel llamada cutícula

Realmente la cutícula se trata de una capa de piel muerta que cuelga en la inmediatez de la lámina ungueal, rodeando justo la base, lo que termina creando una barrera para las uñas en crecimiento.

Esto con el propósito de mantener protegidas las zonas que aún no han terminado de madurar y que, por lo tanto, serían más vulnerables ante la exposición del medio ambiente y bacterias.

¿Es seguro cortarse las cutículas?

Es seguro cortar las cutículas

Si tienes la práctica y técnica correcta, entonces sí es completamente seguro

Pues, como siempre, depende. Las cutículas tienen la función de proteger las uñas en crecimiento de las inclemencias del medio ambiente, por lo que nunca deberíamos arrancarlas por completo, ya que correríamos el riesgo de que se introduzcan agresores al lecho ungueal y provocar una infección en la zona.

Sin embargo, un crecimiento exagerado de la cutícula suele verse algo antiestético, por lo que recortar el exceso de piel seca no es un problema, siempre y cuando lo hagas adecuadamente o acudas con un profesional que sea capaz de cortar solo el exceso sobrante.

Aprender a diferenciar entre la piel muerta extra y la cutícula real puede ser bastante difícil y requiere de mucha práctica, por lo que solo deberíamos pensar en recortarla en casa ante una emergencia estética, ya que podríamos cortar la piel circundante y ocasionar un daño potencial.

El truco para cortarlas sin morir en el intento es utilizar un empujador de cutículas y, por supuesto, empujarlas hacia el nudillo. Esto hará que se levanten y la piel en exceso quede expuesta, lo que hará que sea más fácil eliminarla.

En caso de que no tengas un empujador, puedes hacerte con un bastoncillo de algodón o hasta el extremo de la lima, aunque para esta última opción tendrás que usar un pañuelo para cubrir el grano abrasivo, de esta forma evitarás que raspe tu uña. Después de que la piel quede colgando, solo coge un cortacutículas y comienza a trabajar. ¡Recuerda nunca cortar todo el contorno!

10 consejos para cuidar las cutículas

Los expertos están de acuerdo: en lugar de recortar cada pequeño pedacito de piel que se ha deshilachado, y con ello arriesgarte a pellizcar demasiado y cortar parte de la piel indemne, puedes tomar medidas para mantener tus cutículas hidratadas y sanas, evitando que se deshilachen en primer lugar.

1. Prohibido arrancarlas y morderlas

morderse las uñas

Morderse las uñas y las cutículas puede ser una de las peores cosas que puedes hacer. Foto: GettyImages

Al igual sucede cuando se corta demasiado la uña, arrancar o morderse las cutículas sobresalientes puede provocar daños en tus uñas. Aunque también entendemos a la perfección que se trate de un hábito bastante difícil de abandonar, pero es necesario dejarlo atrás.

Si tienes mucho estrés, prestar atención a lo que estás haciendo, respirar o dar un paseo puede ayudar a liberar un poco la tensión, pero mientras haces estas acciones, podría ser conveniente mantener las manos ocupadas haciendo cualquier otra cosa que no sea morder tus cutículas; apretar una pelota antiestrés puede ser una buena idea.

2. No las remojes

Es lógico creer que el agua puede ser un aliado en este punto porque ayudará a ablandar las uñas y la piel alrededor de estas, lo que hará más fácil el trabajo de empujar las cutículas hacia atrás. Sin embargo, el remojo prolongado puede provocar que tus uñas se expandan y se contraigan, lo que con el tiempo podría provocar que se vuelvan quebradizas, secas y con tendencia a deshilacharse.

Por otro lado, si además usas agua caliente, podrías eliminar sin querer la piel de sus aceites y lípidos naturales, lo que termina contribuyendo a la resequedad cuticular.

También es importante cortar las cutículas en seco, ya que si pensamos en remojarlas, el tejido que rodea la piel se expande, lo que aumenta las posibilidades de tener un recorte excesivo.

3. Aceite para cutículas

Aceite para cutículas

Mantener tus cutículas nutridas e hidratadas siempre será una buena idea

Una de las razones por las que las cutículas se “deshilachan” es porque se encuentran deshidratadas. Añadir un aceite de cutícula a tu rutina diaria puede venir de maravilla; existen muchas opciones, desde ácidos grasos hasta vitaminas que se encargará de nutrir tus uñas y rellenar todas las microfisuras que la piel circundante pueda tener.

Puedes apostar por fuentes naturales como el aceite de oliva, [aceite de coco] o [aceite de jojoba], incluso un aceite capilar de rápida absorción podría servir. Añadir un poco de aceite de cutícula de forma diaria en tus uñas será suficiente para mantener tus cutículas hidratadas, sanas y con una apariencia bonita.

4. Apuesta por suplementos saludable para las uñas

En algunas ocasiones, la mejor opción para lograr unas uñas sanas, suaves y con unas cutículas perfectas, requiere una actuación desde el interior. Cuando se trata de las uñas, estructuralmente están formando por queratina, por lo que si añadimos a nuestra dieta los aminoácidos precursores de esta proteína, lograremos que tanto las uñas como las cutículas crezcan fuertes.

Dos apuestas seguras son la biotina y el colágeno, ambos son uno de esos productos que no puede faltar para el cuidado de las uñas. Y por si fuese poco, normalmente vienen acompañados de antioxidantes y bioactivos que se encargarán de apoyar la salud de tus uñas desde diferentes ángulos.

5. Empuja las cutículas hacia atrás

Empujador de cutículas Kester Black

Empujar las cutículas es la mejor forma de mantener su tamaño a raya. Foto: Kester Black

Aunque puedes recortar las cutículas cada vez que tienen un tamaño poco estético, también podrías prevenir el problema evitando que directamente crezcan demasiado.

Sin embargo, debes prestar mucha atención. Cuando las cutículas crecen demasiado pueden volverse gruesas y sobrepasar mucho más de lo que nos gustaría todo el borde ungueal; para este punto empujarlas hacia atrás resultará muy difícil, por lo que no debemos permitir que esto ocurra, ya que además, aumentará la tendencia a agrietarse.

Realmente no es necesario una técnica precisa, profesional o meticulosa, simplemente debes empujarla hacia atrás cada par de días después de la ducha, pues, es el momento en el que estarán más blandas. Y recuerda que no necesitas de un empujador de cutículas, un hisopo de algodón o una lima envuelta podrían ser bastante útiles.

6. Un poco de hidratación después de cada lavado

Después del drama que vivió la humanidad hace unos años, hemos entendido de una forma lamentable lo fundamental que es lavarnos las manos, pero sin el cuidado adecuado, esta limpieza frecuente puede mermar la hidratación de la piel.

Es por ello que es recomendable tener una crema de manos en nuestra repisa del baño, de esta forma no tendremos excusa para restaurar los lípidos de nuestra piel y favorecer el crecimiento de la flora cutánea.

En caso de no estar en casa, siempre deberíamos llevar con nosotros una crema hidratante y aplicarla después de cada lavado o desinfección.

Después de que lavamos nuestras manos, tenemos un pequeño periodo de tiempo para atrapar esos nutrientes antes de que el agua se evapore de la superficie, lo que termina comprometiendo aún más tu piel y, por lo tanto, tus cutículas.

7. Aplica esmaltes que realmente cuiden tus uñas

Productos para cutículas

Los productos que usas en tus uñas pueden estar dañando tus cutículas

No importa si eres una adicta a la manicura de uñas cortas o de uñas largas, asegúrate de que todos los productos de esmalte que utilices, desde la base, los colores y hasta el top coat, contengan ingredientes nutritivos y acondicionadores, en lugar de sustancias químicas que son bastante tóxicas, como el formaldehído, alcanfor y tolueno.

Por supuesto, esto también incluye a los quitaesmaltes; aquellos que son 100% de acetona son muy eficientes, pero también puede resecar notablemente las uñas, además de que puede ser el ingrediente responsable de que tengas ese color amarillo en las uñas, aunque debes prestar atención, ya que este color también podría significar una infección micótica.

Es mejor buscar opciones que incluyan entre sus componentes agentes hidratantes, como uno a base de soja, los cuales pueden disolver eficazmente el esmalte mientras fortalecen la uña y además, vienen cargados de vitaminas.

8. Cásate con el mantenimiento mensual

Las cutículas demasiado largas pueden generar problemas muy desagradables, por lo que es recomendable que la higiene regular de las uñas, es decir, limarlas, limpiarlas y cortarlas, se convierta en parte de tu rutina.

Pero, si no tenemos la formación adecuada, recortar las cutículas de forma segura es una tarea muy difícil. Si es posible, te recomendamos acudir con un profesional para que se encargue de eliminar el exceso de piel muerta alrededor de tu uña, de esta forma podrás mantenerla sanas siempre.

Lo mejor es que no es necesario vivir en un salón de manicura, de hecho, los expertos señalan que hacerse más de dos manicuras al mes es algo que podría afectar la salud de tus uñas.

9. Utiliza guantes al momento de la limpieza

Limpiar platos

Proteger tus manos de los agentes agresivos debe ser fundamental

El agua, los detergentes e incluso los sprays de limpieza más naturales contienen ingredientes muy abrasivos y resecantes, por lo que tus manos y tus cutículas sufrirán mucho cuando llegue la hora de los quehaceres.

Para proteger tus uñas, los expertos recomiendan invertir en un par de guantes de trabajo de uso doméstico. Usar un par de guantes incluso al momento de lavar los platos podría ser ideal para mantener a la piel de tus manos alejada de los agresores.

10. Ten cuidado al cortar los padrastros

Los padrastros o cueritos, son un trozo de piel dura, nudosa, irregular y a veces dolorosa que se encuentra en los bordes laterales del lecho ungueal. Normalmente se deben a que se tiene mucha, pero mucha, piel muerta, y además, pueden empeorar si caemos en la tentación de hurgar o tirar de los trocitos de piel que se han empezado a desprender.

En lugar de arrancarlas, intenta ablandar la zona aplicando aceites para cutículas (el aceite de jojoba es una excelente opción natural) o con un poco de crema para manos, después de que esté lo suficientemente suave, coge un cortauñas en un ángulo de 45 grados para recortar el exceso de piel.

Y antes de eliminar toda la piel muerta de la zona, recuerda que es mejor que quede algo de piel extra a que lastimes tu piel sana. Además, si cortamos demasiado cerca de la base podríamos favorecer la aparición de aún más padrastros.

Como habrás notado, las cutículas son una de esas partes que son olvidadas y en la mayoría de casos solo se opta por eliminar, pero realmente tienen un papel importante en la salud de nuestras uñas. Su cuidado no es demasiado difícil, pero sí requiere de mucha constancia, paciencia, abandonar malos hábitos y resistir un par de tentaciones.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!