¿Cómo exfoliar la cara de forma correcta para tener una piel perfecta?

La exfoliación elimina las células muertas, limpia los poros y previene la formación de los temidos puntos negros, tres aspectos claves en el cuidado del rostro.

¿Cómo exfoliar la cara de forma correcta para tener una piel perfecta?

Por lo general, las rutinas de belleza constan de tres elementos indispensables: limpieza, maquillaje e hidratación. Lejos de los posibles mitos que giran en torno al tema, la exfoliación es una práctica necesaria en el cuidado facial. Es momento de derribar las leyendas y reconocer las ventajas que este sencillo gesto le ofrece a la piel.

¿Qué es la exfoliación y cuál es su importancia?

La exfoliación forma parte de cualquier rutina de cuidado facial. Básicamente, hablamos de una técnica que elimina las células muertas de la capa más externas y las posibles impurezas acumuladas.

De esta forma, sus efectos abarcan desde la limpieza de los poros, hasta la preparación del rostro para recibir y absorber, con mayor facilidad, los principios activos de los productos que aplicamos posteriormente.

Tomando en cuenta que la presencia de células muertas e impurezas obstruye los poros y ralentiza la renovación celular, la importancia de la exfoliación se relaciona con la capacidad natural de la piel de regenerarse, recuperar su elasticidad, mejorar la textura y volver a brillar.

Es por ello que se incluye tanto en las rutinas de skincare más completas, desde aquellas dedicadas a las pieles normales, como en las que están pensadas para las pieles mixtas, pieles grasas e incluso, si se hace adecuadamente, las pieles sensibles también pueden beneficiarse del proceso.

¿Cuáles son los dos tipos de exfoliación que existen?

Aunque existe una variedad tan amplia de fórmulas exfoliantes como de productos básicos de belleza, en general, los especialistas coinciden en que existen dos métodos básicos de exfoliación:

Exfoliación mecánica

Exfoliar cara

Este método es ideal si no tienes la piel sensible

Esta técnica se basa en el tallado físico de la piel, pudiendo ser con una herramienta abrasiva, que generalmente son cepillos de limpieza oscilante, esponjas o toallitas faciales. Aunque algunos profesionales consideran esta forma de exfoliación como algo agresiva.

En esta misma categoría encontramos aquellas fórmulas a base de ingredientes activos que eliminan las células muertas de la piel. En este sentido, los expertos aconsejan elegir productos de partículas finas, ya que resultan menos abrasivos y más gentiles con las pieles.

Y a pesar de que se trata de un método excelente para eliminar las impurezas de la piel, deshacernos de los puntos negros y demás desechos, debes de tener en cuenta que no es la alternativa más adecuada para todos los tipos de piel.

Exfoliación química

exfoliar cara

El método más recomendado por los especialistas

El procedimiento consiste en la aplicación de una solución química sobre la piel, la cual se encargará de “desintegrar” la capa más externa de todas. Lo mejor de esta exfoliación es que no solo es capaz de deshacerse de un sinfín de contaminantes que desencadenan numerosas patologías, sino que también es capaz de eliminar las arrugas y combatir los problemas de pigmentación.

Este tipo de cosméticos se divide a su vez en dos grandes grupos, alfa-hidroxiácidos (AHA) como el ácido salicílico, que tiene una capacidad de penetración mayor, pero al mismo tiempo es más suave con la piel en general y mayormente se utiliza para liberar los poros obstruidos.

Y por otro lado, los beta-hidroxiácidos (BHA), siendo el ácido glicólico el ejemplo más claro de ello, y a pesar de que su penetración es más reducida, tiene un potente efecto exfoliante con el que es capaz de disolver el sebo e incluso el “pegamento” intercelular, lo que facilita la salida de las células muertas o viejas.

Igualmente, se consideran exfoliantes químicos a los retinoides, esto obedece a la manera en la que inciden en el incremento de la renovación celular, de hecho, algunos dermatólogos aseguran que el empleo del ingrediente en la rutina de belleza elimina la necesidad de exfoliar el rostro.

Si bien el mejor método depende del tipo de piel y de las preferencias individuales, los expertos en cuidado facial se inclinan más hacia la idea de recomendar la exfoliación química sobre la mecánica, esto con el fin de evitar las pequeñas laceraciones y la irritación que producen estos últimos. Otra buena alternativa es recurrir a los exfoliantes naturales como una opción más gentil con la piel.

¿Cómo exfoliar el rostro sin morir en el intento?

Mujer aplicando exfoliante en su rostro

Exfoliar es esencial para una piel bonita, pero debes saber cómo hacerlo adecuadamente

La exfoliación no es algo que debamos tomar a la ligera. Tanto la incorrecta elección de los productos cosméticos, como de su uso, implica la posibilidad de que nuestro rostro termine cubierto de células muertas, lo que, a su vez, desencadena una apariencia envejecida y apagada.

Por otro lado, será casi imposible la tarea de extender la base sobre el cutis al momento de maquillarnos, al igual que la absorción de los componentes hidratantes que apliquemos para completar el tratamiento. En este sentido, los especialistas coinciden en que la clave está en la elección del producto y su modo de empleo.

Determina el tipo de piel

Ácido Glicolico

Nuestra recomendación siempre será la exfoliación química. Foto: The Ordinary

Aunque suene ilógico, es sorprendente la cantidad de personas que desconocen con exactitud, cuál es su tipo de piel. En caso de no tener plena seguridad, la mejor opción será buscar asesoría profesional.

Los expertos en el cuidado del cutis analizan el comportamiento de la epidermis y, en función de ello, determinan los productos más adecuados. Por lo general, aconseja el método químico cuando la tendencia es hacia la resequedad, sobre todo, fórmulas suaves, por ejemplo, las almohadillas exfoliantes y las fórmulas con mínima concentración de AHA o BHA.

Otro punto que debemos tener presente es que no todas las partes del cutis son iguales, de esta forma, la sensibilidad de ciertas zonas nos obliga a emplear dos exfoliantes distintos.

Debemos asegurarnos de escoger un sérum ácido formulado para el área inferior a los ojos, e ir incorporando poco a poco en la rutina. Asimismo, es indispensable verificar las indicaciones del fabricante y que sus componentes sean lo suficientemente suaves para una zona tan delicada.

En cuanto al resto de la cara y cuello, los profesionales sugieren elegir algún suero ligero tópico a base de AHA o los productos cosméticos de uso diario que se aplican antes de la loción hidratante. En este caso, no podemos olvidar que este tipo de fórmulas incrementa la fotosensibilidad, por lo que es necesario incluir el SPF.

Lee muy bien las instrucciones

En el cuidado del cutis existe una norma básica: incluso los mejores productos del mercado pueden desencadenar resultados desfavorables si la aplicación es incorrecta. En este punto, se enfatiza la necesidad de que la piel y las manos estén perfectamente limpias antes de empezar el procedimiento.

Si bien puede sonar redundante, resulta crucial seguir las indicaciones del fabricante. Del mismo modo, conviene aplicar una pequeña cantidad del exfoliante y masajear un poco, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, a fin de descartar posibles reacciones adversas.

Un error recurrente que debemos evitar es dejar actuar las fórmulas durante mayor tiempo que el recomendado. Abusar en la exposición a los ingredientes activos de este tipo de productos puede provocar desde enrojecimiento e hipersensibilidad, hasta descamación y rupturas de los tejidos.

Hidratar la piel es una necesidad

Mujer hidratando su piel

La piel estará mucho más sensible, recuerda hidratarla

Durante la exfoliación se desprenden todas las impurezas y células muertas, las cuales debemos remover con abundante agua antes de secar la piel. Una vez que el rostro está limpio y seco, es momento de aplicar una crema hidratante, ya que los poros estarán listos para recibir todos los nutrientes.

La hidratación debe iniciar en la parte inferior del rostro y seguir hacia arriba, siempre con movimientos circulares hasta lograr la completa absorción del producto elegido.

La integración de las dos técnicas supone una alternativa eficaz para recuperar la luminosidad natural y la elasticidad, mejorar la salud de la epidermis y crear una especie de velo protector que actúa como barrera frente a las agresiones externas.

Presiona un poco e incluye los labios

Aunque lo menos que necesitamos es hacernos daño durante el proceso, el exceso de delicadeza impide remover las células muertas y las impurezas como se debe. En este sentido, el punto de presión exacto es cuando notamos la textura áspera del producto sobre la piel, pero sin llegar a sentir molestias.

A diferencia de lo que muchos consideran, los labios tienen que estar incluidos en la rutina, en especial, en esos momentos en los que experimentamos cuadros de descamación.

Aplicar un poco de vaselina para exfoliar los labios y frotar la superficie con un cepillo de dientes, es la forma sencilla y rápida de recuperar la buena apariencia.

¿Cuándo es el mejor momento para exfoliar la cara?

Mujer aplicando exfoliante en su rostro

Para minimizar los efectos negativos debes de tener en cuenta ciertas cosas

La respuesta a esta interrogante es bastante subjetiva. Mientras algunos aseguran que obtenemos mejores resultados si exfoliamos el rostro a primera hora del día, otros defienden la idea de hacerlo antes de dormir, de esta forma, que las propiedades de los productos hidratantes actúan durante toda la noche.

Sin embargo, la opinión de los dermatólogos se debate entre dos alternativas directamente vinculadas al tipo de método que pretendemos utiliza:

Al momento de la ducha para una exfoliación física

Cuando estamos en la ducha o baño caliente, el vapor ejerce una poderosa acción sobre la piel: abre los poros y favorece la liberación de sus aceites naturales. Al mismo tiempo, el contacto con el agua suaviza la epidermis, lo que, en conjunto, hace que sea más sencillo remover las células muertas.

Asimismo, sumergir la cara en agua caliente prepara la epidermis para la limpieza. En los tratamientos que implican inmersión, es importante evitar el uso de productos cosméticos que contengan perfume.

Debido a que la piel necesita ablandarse, conviene procurar estar dentro de la bañera durante al menos 10 minutos antes de iniciar el procedimiento, o en su defecto, dejar correr el agua sobre el rostro por espacio de 5 minutos, si se trata de una ducha.

En la mañana para una exfoliación química

En general, cualquier hora del día es buena para consentir nuestra piel. Sin embargo, muchos especialistas en cuidado facial recomiendan aprovechar la mañana para exfoliarla.

El argumento se sustenta en una regla clara, las capas de la piel se reparan durante la noche. De esta manera, solo una de ellas amanece cubierta de células muertas listas para ser eliminadas.

El único problema con el método es que la piel suele quedar mucho más sensible de lo normal, por ello, resulta conveniente limitar la exposición a los rayos ultravioleta del sol y aplicar un buen filtro solar.

Guía paso a paso para la exfoliación física de la cara

exfoliar rostro

Sé delicada y los resultados serán increíbles

Quienes llevan tiempo practicando la exfoliación física comparten una forma generalizada de completar esta importante parte de su rutina beauty, y se resume de la siguiente manera:

  1. Lavar muy bien el rostro usando un limpiador suave y agua tibia
  2. Aclarar muy bien el limpiador
  3. Retirar el exceso de agua y con la piel aún húmeda, aplicar en la barbilla, frente y mejillas el exfoliante. La cantidad debe ser la equivalente al tamaño de un guisante
  4. Extender el producto en toda la zona que queremos tratar, siguiendo movimientos suaves y circulares, sin olvidarnos de presionar un poco de acuerdo a las recomendaciones que comentamos al principio
  5. Continuar masajeando por espacio de 30 segundos y aclarar con agua tibia.
  6. Aplicar el suero, loción o crema hidratante según el tipo de piel

¿Con qué frecuencia debes exfoliar la cara?

Por desgracia, no existe una norma exacta que determine la frecuencia con la que debemos exfoliar nuestra epidermis, todo depende del tipo de piel.

Pieles sensibles

Aunque no se trata de una práctica completamente contraindicada, la mayoría de los especialistas aconsejan evitar la exfoliación mecánica y limitar la química. Esto obedece a la dificultad para encontrar fórmulas cosméticas especializadas que no causen irritación.

Las personas de piel sensible son especialmente propensas al enrojecimiento y a desarrollar picor, por ello, la práctica está condicionada al empleo semanal de un limpiador cremoso de baja concentración de ácido glicólico.

Pieles grasas

La tendencia grasa supone mayor flexibilidad en cuanto a la frecuencia del régimen de cuidado, ya que no solo tolera los dos tipos de exfoliación, sino que permite repetir el procedimiento una vez que notamos el exceso de producción de sebo, ese brillo fuera de lo normal en la mañana o el inicio de un brote de granos.

Tomando en cuenta que la acumulación de grasa obstruye los poros y favorece la aparición de los desagradables puntos negros, los profesionales en cosmética aconsejan exfoliar hasta cuatro veces por semana, de preferencia, con un limpiador a base de AHA.

Sin embargo, cabe acotar que la cantidad de repeticiones debe ir aumentando de manera paulatina, de acuerdo a la respuesta de epidermis después de cada sesión. En cuanto al tipo de producto, las opciones abarcan desde el uso de una almohadilla facial exfoliante una vez a la semana, hasta utilizar un retinoide a diario.

Pieles normales a mixtas

A diferencia de las rutinas para piel seca, donde la técnica puede resultar contraproducente debido a la fragilidad del tejido, en pieles normales a mixta es aconsejable repetir la exfoliación dos veces por semana.

En el cuidado de la piel mixta, los productos exfoliantes recomendados son los limpiadores a base de AHA o BHA, aunque algunos especialistas sugieren la elección de un retinoide.

¿Cuáles son las ventajas de exfoliar el rostro?

Debemos asumir la exfoliación como una regla básica si queremos aclarar la piel. Gracias a la eliminación de las células muertas e impurezas, no solo recuperamos la uniformidad del color, sino que mantenemos nuestros poros libres de obstrucciones.

Esto permite recuperar el aspecto luminoso y terso. En simultáneo disminuye la tendencia a desarrollar granos, puntos blancos y puntos negros, nuestro cutis ya no refleja los daños cutáneos que reviste el envejecimiento prematuro.

Por otra parte, ciertos estudios demuestran que la exfoliación regular estimula la síntesis natural de colágeno, la proteína vital del cuerpo encargada de mejorar la textura y flexibilidad de la piel. En consecuencia, la técnica ayuda a mantener la firmeza y apariencia joven.

¿Cuáles son los posibles riesgos de la exfoliación?

Incluso tomando en cuenta todos los beneficios que puede aportar la práctica, es común que existan ciertas dudas en materia de seguridad, a fin de cuenta, se trata de un tema bastante satanizado.

Antes de comenzar a exfoliarnos con el primer producto o herramienta que tengamos a la mano, es necesario detenernos a considerar las recomendaciones de los expertos. En primer lugar, resulta elemental escoger la fórmula cosmética adecuada según el tipo de piel

Como comentamos, más allá de arriesgarnos a no conseguir los resultados esperados, el producto incorrecto es capaz de generar irritaciones, reacciones adversas o, en el peor de los escenarios, microlaceraciones en la epidermis, los cuales se convierten en puerta de entrada para diferentes agentes patógenos.

Cuando las bacterias se introducen en las capas inferiores, generan desde construcción de poros e inflamación, hasta la ruptura de los capilares y el inicio de procesos de cicatrización que terminan ocasionando antiestéticas marcas.

Sin embargo, y tal como lo reconocen los dermatólogos, exfoliarse es un método que no supone riesgo siempre que se realice de forma correcta y haciendo uso de los productos y herramientas adecuadas.

¿Cuándo se debe prescindir de la exfoliación?

En general, exfoliar la piel con herramientas mecánicas es más perjudicial que ventajoso en medio de un brote, por lo que no se recomienda en pacientes que sufren de acné, sobre todo cuando es de tipo quístico o crónico.

Esto se debe a que las capas más externas ya se encuentran inflamadas y someterlas a una irritación puede conducir al desarrollo de lo que se conoce como hiperpigmentación postinflamatoria, una condición caracterizada por la presencia de manchas oscuras.

Asimismo, el dermatólogo es la figura indicada para recomendar el uso de exfoliantes químicos de acuerdo al régimen de exfoliación y las necesidades de la piel.

Por otra parte, la técnica debe evitarse ante la presencia de cortes o heridas abiertas en el rostro, cuando está quemado por el sol y durante el curso de cuadros infecciosos como un herpes labial.

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